Fuente: El Carabobeño
Por: Alfredo Fermín afermin@el-carabobeno.com
Se acentúa el rumor de que, el Ministerio de la Cultura, ha decidido incorporar al Ateneo de Valencia al Circuito Nacional de Museos con la finalidad de apropiarse de la monumental colección de Arte, propiedad de esa institución invadida, hace cuatro años, por un grupo de trabajadores que después la puso al servicio del partido de gobierno.
Lo extraño de todo esto es que, hasta ahora, no exista un pronunciamiento de los dirigentes del Ateneo, que están informados de esta situación para darle a conocer a la comunidad, lo que se piensa hacer con uno de los patrimonios de mayor orgullo de esta ciudad de Valencia.
Es cierto que el Gobierno Nacional no respeta la propiedad privada, pero habría que hacer valer esta condición, tomando en cuenta que el Ateneo de Valencia es una Asociación Civil de derecho privado de carácter cultural, no partidista ni religioso, sin fines de lucro con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Es decir que, desde el punto de vista legal, no puede disponerse de sus propiedades, sin consultar con sus legítimos dueños, que son los miembros de esta institución fundada en 1936.
Asombra que en una ciudad donde hay tan buenos abogados, artistas, animadores culturales y expertos en éstos asuntos no se haya emprendido un movimiento contundente (no mediante un comunicado de los abajo firmantes) que exija a las autoridades regionales un pronunciamiento, desde el punto de vista legal y de la tradición, como podría ocurrir si el gobierno decide que la imagen de la virgen del Socorro, o el Monolito de la Plaza Bolívar, deben ser llevados a Caracas porque aquí no se garantiza su protección.
Nos gustaría saber cuál es la opinión del Procurador del Estado. En otras circunstancias, que no fueran tan políticas, el alcalde de Valencia, Edgardo Parra, podría emitir una declaración para saber si él está de acuerdo conque, la ciudad que gobierne, sea despojada de uno de sus más preciados bienes.
Sin dolientes
Al Ateneo de Valencia lo abandonó a su suerte la valencianidad, después de que se jactaba afirmando que era uno de sus orgullos. En una demostración de que, en este país, la justicia depende de lo que dicen en Caracas, aquí no se le hizo caso a las órdenes judiciales que determinaron que la ocupación del Ateneo, hace cuatro años, es un acto ilegal.
Y lo que es peor: hay quienes se atreven a decir que la colección del Ateneo está muy bien mantenida y cuidada. ¿Cómo es posible que personas, que consideramos serias, hagan esa afirmación, cuando pinturas, grabados, dibujos, esculturas, videos, fotografías, están arrumadas en un sótano, desde hace tanto tiempo, sin la protección que reclaman las obras de Arte y sin las fumigaciones necesarias que para que no sean víctimas de ratas, ratones, chiripas y cucarachas?
Esto no sucede por culpa de quienes asumieron la responsabilidad de apoderarse de algo que no les pertenece, sino porque ellos no tienen el presupuesto que deberían suministrarles quienes creían sus protectores.
Y eso es lógico, en un país gobernado por quienes no les importa el Arte, la cultura y sus diversas expresiones salvo las que sean para rendir culto a la personalidad de su prócer.
Una propuesta
El antiguo edificio del Ateneo, diseñado por el arquitecto José Manuel Galia, es Premio Nacional de Arquitectura 1950 y en él estaban conservados la casi totalidad de los premios Arturo Michelena y Andrés Pérez Mujica del Salón Michelena, durante más de 60 años, otorgado a los más destacados artistas del país del siglo pasado.
Se agrega, a ese patrimonio, obras de trascendencia como el cuadro del pintor Alfredo Manessier, ganador del Salón Internacional de 1955, en el que participaron eminentes creadores de Europa y América; un cuadro de Arturo Michelena y grabados de sobresalientes artistas latinoamericanos. Están, además, donaciones, libros, catálogos, periódicos antiguos, fotografías que no pueden continuar en estado de abandono o en peligro de desaparecer.
El premio Arturo Michelena, desde 1943, lo ha otorgado la Gobernación de Carabobo por lo cual, para impedir que esta colección se la lleven a Caracas, donde tampoco tienen dónde protegerla, como habría propuesto el ministro Farruco Sesto, el gobernador Henrique Fernando Salas podría declararla patrimonio estatal sin desconocer que todos los bienes artísticos y culturales son propiedad de la nación. De inmediato podría nombrar una comisión en la que estén representados el ejecutivo, la directiva del Ateneo y quienes mantienen la toma, para lograr solución a un problema que no puede continuar. Después sería demasiado tarde por tantos daños causados.
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