Por: DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL lunes 7 de marzo de 2011
Alejandro Freites ni siquiera lo duda: sí, el mercado del arte venezolano ha cambiado. Para cuando el director de la Galería Freites se inició en ese mundo, las obras de los artistas se vendían el mismo día de inauguración de las exposiciones. Ahora los compradores no solamente se toman un "tiempo" para analizar su inversión, sino que además las instituciones privadas tienen que analizar si vale la pena o no invertir en las programación expositiva cuando en Venezuela se realizan procesos electorales. Todo ello sin sumarle la crisis económica que ha generado un reajuste en las galerías.
"Estamos viviendo momentos complicados. No estamos en un ambiente típico. Hay una confrontación marcada y no podemos estar al margen. El año que viene vamos a tener que analizar bien cuántas exposiciones podemos hacer; o si valdrá o no la pena" dice Freites, quien además asegura que el repunte de las galerías en los últimos años no se debió a que las instituciones quisieran ocupar el espacio de los museos.
-¿Cree usted que le quedó grande a las galerías tomar los espacios que han dejado los museos?
-¡Nunca se pretendió tomar los espacios de los museos! Las galerías siempre han hecho lo mismo: promover a sus artistas. Lo que pasa es que, ante la ausencia de una política oficial coherente del gobierno, las galerías se han visto más en primer plano. Seguimos haciendo lo mismo. En mi caso, he tomado la iniciativa de hacer exposiciones históricas sin fines de lucro y eso es un poco para preservar la historia del país.
-Pero es a los museos a quienes les corresponde preservar la historia artística.
-Sí. Pero eso lo hago como una retribución al país en donde vivo, donde me he educado y formado. No pretendo que con una exposición yo pueda asumir el papel de los museos. ¡Eso no está contemplado! Ante la ausencia de una política coherente, cada quien toma lo que puede. No ocupar sus lugares.
-¿Siente que en los últimos meses las galerías han bajado el ritmo expositivo?
-No creo que sea así. No he hecho tantas exposiciones como al principio. Cuando reabrí la galería con este local, tenía pensando una cantidad de exposiciones que no había hecho y que tenía que hacerlas. Lamentablemente, no he podido hacer más porque no tengo personal suficiente para intercalar en cada uno de los tres pisos de la galería una exposición. Solo tengo un equipo museográfico, mientras que los museos tienen más de uno. Tampoco pretendemos ser como un museo. Sin embargo, tenemos mucha actividad. Por ejemplo, invitamos a dos directores muy importantes como Gloria Zea, del Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo) y a Consuelo Ciscar, al frente del Institut Valencià d'Art Modern (Ivam). De esas reuniones surgió la exposición de Jacobo Borges en el Mambo. Estamos montando la de Baltasar Lobo en el Ivam para el 15 de marzo, que fue la misma que exhibimos aquí. Seguimos reprogramando las actividades. Este año empezamos el 5 de junio con Abigaíl Varela; en septiembre tendremos a Pedro Fermín, en octubre a Fernando Botero. Luego a Jacobo Borges son su nueva obra.
-¿Por qué abren en junio?
-Estamos ocupados reorganizándonos con todas las actividad que habíamos tenido en el extranjero. Lograr contactar y conseguir exposiciones en el exterior no es fácil. Hemos estado moviéndonos y concentrándonos en los contactos para que los artistas venezolanos vayan afuera.
-¿Es más complicado hacer exposiciones en Venezuela?
-Todo es más costos ahora. La realidad es que las exposiciones no son tan rentables. Es rentable el trabajo total que se hace en el año. Para algunas galerías pequeñas es muy costoso hacer una exposición; los catálogos son muy costosos.
-¿Las galerías pequeñas son más vulnerables?
-Claro. Pero esto hay que analizarlo desde otro punto de vista. El arte a nivel internacional está mejor que nunca. Las actividades que se están desarrollando fuera de Venezuela son muy intensas. Estamos tratando de participar. Pero en Venezuela las cosas son más lentas. Claro, estamos previendo que el año que viene es un año electoral, es un año exacerbado, y hay que correr el riesgo: hacemos o no exposiciones.
-¿Qué está comprando el venezolano?
-Ahora hay una gran tendencia a comprar arte geométrico como Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, que son los grandes abanderados. También están comprando a Jacobo Borges y a Edgar Sánchez. La generación de 45 años no había nacido en la época del geometrismo, por eso lo ven como un descubrimiento.
-¿Las galerías venezolanas están vendiendo?
-Pienso que sí. Las galerías tradicionales siempre han vendido. Como en todo, hay unas que abren y otras que cierran. Hablemos de Los Galpones de Los Chorros: es un espacio nuevo que se está moviendo y hay entre seis o siete galerías. El tema de la rentabilidad es complicado.
-¿A las galerías les hace más factible vender que montar una exposición?
-Las cosas cambian. Cuando entré a este negocio, yo iba a las galerías y en las inauguraciones es que la gente compraba. Existían los puntitos rojos, los cuadros eran en otros formatos. Hoy los formatos son más grandes. La gente se toma un tiempo para pensar en lo que va a comprar. La exposición es la consecuencia del trabajo que la galería hace con el artista. Luego, el mundo está cambiando en cuanto al sistema expositivo. Las galerías se están preparando para hacer exposiciones para ir a las ferias. Hay cinco o seis ferias al año. Es muy costoso. Pero en una galería durante una exposición pueden ir entre 1.200 o 1.500 personas; en una feria pasan más de 50 mil personas. Es mucho más importante estar en contacto con 50 mil personas concentradas en cinco días que tener una exposición abierta con un gran esfuerzo en una galería donde van a ir mil personas.
-Entonces, ¿se ha vuelto rentable ir a las ferias?
-Pudiera ser. A algunas galerías no les importa lo rentable. Quizás les importa más mover a sus artistas. Pero tienen que estar claros, ir a la feria es una ilusión. Si no tienes la fuerza necesaria para mantener al artista y para defenderlo, pues viene una galería de afuera y te lo quita. Así pasa. Es una ilusión. Lo que interesa es ver si se logra conocer cómo es el negocio afuera; así no se va a peder dinero.
"Estamos viviendo momentos complicados. No estamos en un ambiente típico. Hay una confrontación marcada y no podemos estar al margen. El año que viene vamos a tener que analizar bien cuántas exposiciones podemos hacer; o si valdrá o no la pena" dice Freites, quien además asegura que el repunte de las galerías en los últimos años no se debió a que las instituciones quisieran ocupar el espacio de los museos.
-¿Cree usted que le quedó grande a las galerías tomar los espacios que han dejado los museos?
-¡Nunca se pretendió tomar los espacios de los museos! Las galerías siempre han hecho lo mismo: promover a sus artistas. Lo que pasa es que, ante la ausencia de una política oficial coherente del gobierno, las galerías se han visto más en primer plano. Seguimos haciendo lo mismo. En mi caso, he tomado la iniciativa de hacer exposiciones históricas sin fines de lucro y eso es un poco para preservar la historia del país.
-Pero es a los museos a quienes les corresponde preservar la historia artística.
-Sí. Pero eso lo hago como una retribución al país en donde vivo, donde me he educado y formado. No pretendo que con una exposición yo pueda asumir el papel de los museos. ¡Eso no está contemplado! Ante la ausencia de una política coherente, cada quien toma lo que puede. No ocupar sus lugares.
-¿Siente que en los últimos meses las galerías han bajado el ritmo expositivo?
-No creo que sea así. No he hecho tantas exposiciones como al principio. Cuando reabrí la galería con este local, tenía pensando una cantidad de exposiciones que no había hecho y que tenía que hacerlas. Lamentablemente, no he podido hacer más porque no tengo personal suficiente para intercalar en cada uno de los tres pisos de la galería una exposición. Solo tengo un equipo museográfico, mientras que los museos tienen más de uno. Tampoco pretendemos ser como un museo. Sin embargo, tenemos mucha actividad. Por ejemplo, invitamos a dos directores muy importantes como Gloria Zea, del Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo) y a Consuelo Ciscar, al frente del Institut Valencià d'Art Modern (Ivam). De esas reuniones surgió la exposición de Jacobo Borges en el Mambo. Estamos montando la de Baltasar Lobo en el Ivam para el 15 de marzo, que fue la misma que exhibimos aquí. Seguimos reprogramando las actividades. Este año empezamos el 5 de junio con Abigaíl Varela; en septiembre tendremos a Pedro Fermín, en octubre a Fernando Botero. Luego a Jacobo Borges son su nueva obra.
-¿Por qué abren en junio?
-Estamos ocupados reorganizándonos con todas las actividad que habíamos tenido en el extranjero. Lograr contactar y conseguir exposiciones en el exterior no es fácil. Hemos estado moviéndonos y concentrándonos en los contactos para que los artistas venezolanos vayan afuera.
-¿Es más complicado hacer exposiciones en Venezuela?
-Todo es más costos ahora. La realidad es que las exposiciones no son tan rentables. Es rentable el trabajo total que se hace en el año. Para algunas galerías pequeñas es muy costoso hacer una exposición; los catálogos son muy costosos.
-¿Las galerías pequeñas son más vulnerables?
-Claro. Pero esto hay que analizarlo desde otro punto de vista. El arte a nivel internacional está mejor que nunca. Las actividades que se están desarrollando fuera de Venezuela son muy intensas. Estamos tratando de participar. Pero en Venezuela las cosas son más lentas. Claro, estamos previendo que el año que viene es un año electoral, es un año exacerbado, y hay que correr el riesgo: hacemos o no exposiciones.
-¿Qué está comprando el venezolano?
-Ahora hay una gran tendencia a comprar arte geométrico como Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, que son los grandes abanderados. También están comprando a Jacobo Borges y a Edgar Sánchez. La generación de 45 años no había nacido en la época del geometrismo, por eso lo ven como un descubrimiento.
-¿Las galerías venezolanas están vendiendo?
-Pienso que sí. Las galerías tradicionales siempre han vendido. Como en todo, hay unas que abren y otras que cierran. Hablemos de Los Galpones de Los Chorros: es un espacio nuevo que se está moviendo y hay entre seis o siete galerías. El tema de la rentabilidad es complicado.
-¿A las galerías les hace más factible vender que montar una exposición?
-Las cosas cambian. Cuando entré a este negocio, yo iba a las galerías y en las inauguraciones es que la gente compraba. Existían los puntitos rojos, los cuadros eran en otros formatos. Hoy los formatos son más grandes. La gente se toma un tiempo para pensar en lo que va a comprar. La exposición es la consecuencia del trabajo que la galería hace con el artista. Luego, el mundo está cambiando en cuanto al sistema expositivo. Las galerías se están preparando para hacer exposiciones para ir a las ferias. Hay cinco o seis ferias al año. Es muy costoso. Pero en una galería durante una exposición pueden ir entre 1.200 o 1.500 personas; en una feria pasan más de 50 mil personas. Es mucho más importante estar en contacto con 50 mil personas concentradas en cinco días que tener una exposición abierta con un gran esfuerzo en una galería donde van a ir mil personas.
-Entonces, ¿se ha vuelto rentable ir a las ferias?
-Pudiera ser. A algunas galerías no les importa lo rentable. Quizás les importa más mover a sus artistas. Pero tienen que estar claros, ir a la feria es una ilusión. Si no tienes la fuerza necesaria para mantener al artista y para defenderlo, pues viene una galería de afuera y te lo quita. Así pasa. Es una ilusión. Lo que interesa es ver si se logra conocer cómo es el negocio afuera; así no se va a peder dinero.
Alejandro es un hombre muy experimentado, sabe mucho sobre el mundo del arte
ResponderEliminarlos portugueses se apoderaron no solo de las luncherias ,panaderias,charcuterias,supermercados,ect Alejandro freites es un portugues que le ha sacado el jugo al arte.
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