DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL miércoles 23 de febrero de 2011 12:00 AM
Fotos de : Kisaí Mendoza para: El Universal
El Museo de Bellas Artes está lleno de parches. Sí, parches de cemento que intentan cubrir las fracturas que padecen hoy las paredes del edificio neoclásico que construyó Carlos Raúl Villanueva en 1938. Remaches al ras del piso, a lo alto de las paredes, y hasta en el techo, intentan contener las filtraciones que desde hace más de cuatro años se han adueñado de la institución cultural.
Es común que al caminar pedazos de pintura del techo de la institución comiencen a caer a los pies de los espectadores. A simple vista parece que el edificio se cae de a poco.
Es común que al caminar pedazos de pintura del techo de la institución comiencen a caer a los pies de los espectadores. A simple vista parece que el edificio se cae de a poco.
La imagen que regala el Museo de Bellas Artes es dolorosa. Mientras se buscan rastros de arte entre tantas manchas de cemento, un cartel detendrá una y otras vez al visitante. Es que nueve de las 11 salas del edificio que hasta el 2009 albergó a la Galería de Arte Nacional se encuentran cerradas. El cartel reza: "¡Disculpe! Sala en montaje".
En esas salas se encontraba hasta finales de diciembre la exposición, con evidentes tintes políticos, La Revolución de 1810. En la muestra que fue inaugurada el pasado 17 de julio del 2010, se exponían más de 400 objetos entre libros del siglo XVIII y XIX, prendas de Bolívar y Miranda, utensilios de los indígenas, símbolos religiosos africanos, cofres, una réplica del Leander, grilletes de la esclavitud, y algunas obras de arte.
Luego de casi dos meses allí no hay nada. A pesar de que en la página de la Fundación Museos Nacionales aún hoy colocan entre las ofertas expositivas del museo a dicha muestra.
Tan solo dos salas se encuentran abiertas. En la 7 se expone desde el 18 de noviembre del 2010 la muestra La permanencia de lo efímero: Documentación fotográfica del arte del performance. La colectiva presenta el trabajo de tres fotógrafos: Tamina Hauser, de Chile; Antonio Juárez, de México; y Alejandro González, de Venezuela.
Al frente, en la sala 6, se inauguró el pasado domingo 20 la muestra Al Sur del Trópicor, del pintor Corrado Gelardini.
La pintura ha intentado ocultar algunas de las huellas de las filtraciones. E incluso se ha atrevido desplazar de las paredes a obras como la de Terry Smith. La intervención en la pared del pasillo que une la edificación brutalista, creada por Villanueva en 1976 con la construcción neoclásica, ya no está. Una pared pintada de blanco tomó su lugar, luego de que la obra también sufriera los embates de las filtraciones.
Desde el 29 de agosto del 2010, se mantiene la Colección permanente de la Fundación Museos Nacionales. Arte Latinoamericano, que ocupa desde la sala 12 hasta la 18.
Sin embargo, la sala 13 y 17 estaban cerradas ayer. Personal del museo aseguró que se está haciendo un remontaje para ir sacando piezas de las bóvedas.
Los trabajadores afirmaron, además, que se había aprobado un presupuesto para realizar las labores de mantenimiento. Dinero que podría servir para intentar parar la crisis de infraestructura que vive el Museo de Bellas Artes.
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