Sábado, 19 de febrero de 2011
Fuente: www.analitica.com
Por: Rafael Díaz Casanova
Venezuela, sus gobiernos y su sociedad han tenido variadas actitudes ante la cultura y sus museos. Cuando Juan Vicente Gómez se marchó de estos lares, el gobierno del general Eleazar López Contreras, entre las medidas diseñadas para aumentar el empleo del sector de la construcción, ideó y puso en marcha la construcción de dos instalaciones muy parecidas que tuvieron el objetivo de alojar el Museo de Bellas Artes y el Museo de Ciencias Naturales. Con el transcurso de los años, son indeterminados e indeterminables los museos que se han fundado, dedicado a personajes importantes del mundo cercano y luego, la desidia y el abandono se han encargado de su desaparición.
Durante la bonanza que tuvimos debida al aumento de los precios de nuestro criticado petróleo, se dedicaron buenos y diversos esfuerzos al establecimiento de organizaciones museísticas.
El esfuerzo museístico más importante de toda la historia de Venezuela fue realizado por Sofía Imber. El 20 de febrero de 1974 abrió sus puertas el Museo de Arte Contemporáneo que en muy pocos años y con muchísimos esfuerzos llegó a ocupar un lugar singular en el mundo de la pintura internacional, gracias a las importantes obras, dentro de presupuestos adecuados, que adquirió el museo gracias a las iniciativas y el trabajo de su directora. El 21 de enero de 2001, Sofía fue separada del cargo y el 24 de enero de 2006 se le quitó su nombre al museo. Homenaje muy merecido que le había otorgado Venezuela y su gente. Hoy el museo tiene actividades de poca trascendencia y no podemos olvidar el incidente bochornoso de la desaparición del famoso cuadro de Matisse, “La Odalisca del pantalón rojo”.
En 1993 se promueve un museo en Catia. El 9 de enero de 1995 se le nombra “Jacobo Borges” en homenaje al estupendo pintor caraqueño que con su esfuerzo y su calidad ha conquistado sitiales importantes en el mundo de las artes mundiales. En enero de este año, no sabemos si se ha “relanzado” como dijo la rectora de la Universidad Nacional Experimental de Bellas Artes (sic) que ha crecido sobre las intentadas cenizas del Ateneo de Caracas, o “desmantelado” como fue comentado en la prensa de comienzos de año.
Hoy nos encontramos con la infausta noticia del cese de actividades por estrangulamiento, que sufre el Museo del Transporte “Guillermo José Schael”, importante espacio dedicado a la conservación y difusión de las actividades relacionadas con el transporte fundado el 12 de octubre de 1970 y dedicado en 1989 a uno de sus principales promotores a través de su recordada columna “Brújula” de frecuente aparición en EL UNIVERSAL.
Este museo que exhibe un centenar de automóviles, muchos vinculados a eventos de importancia histórica nacional, unas veinte piezas de ferrocarriles nacionales, diez aeronaves, cincuenta coches, carruajes y sillas de mano amén de un importante Centro de Documentación dedicado homenaje a otro pionero, el señor Alfredo de la Fuente, hoy es agredido por este nefasto régimen que nos acogota y descuaderna el país, que le ha exigido al museo el cese del contrato de comodato que tiene vigencia hasta el año 2018.
Estas tres muestras, recogidas de la documentación existente y muchas otras que nuestra ignorancia elude, son las censurables actividades en las que se agrede a la sociedad y sus manifestaciones culturales. La política cultural del comunismo del siglo XXI es un enigma agresor.
Caracas, febrero 15 de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario