Fuente: TalCual · Martes 15 de Febrero de 2011 · ARTES · 24
Durante su intervención, el titular del despacho hizo alusión a logros de años anteriores
La situación actual de los museos no fue discutida por Sesto ante los presentes en el Hemiciclo
Por: MARTHA COTORET
La creación de instituciones como la Villa del Cine, la Compañía Nacional de Danza, la Compañía Nacional de Música, la editorial El Perro y La Rana y las Librerías del Sur, fueron el centro de la intervención del ministro de Cultura, Francisco Sesto, quien debía rendir Memoria y Cuenta el jueves ante la Asamblea Nacional.
El titular del despacho también destacó la fundación de la Red de Artes, el Instituto de Imagen y el Espacio, el Centro Nacional del Disco y la Universidad de las Artes. Sin embargo, el ministro no tomó en cuenta que estos son logros de gestiones culturales pasadas y no del año 2010.
Por ejemplo, la Villa del Cine fue inaugurada el 3 junio de 2006 y el año pasado sólo llevó a la cartelera nacional Zamora dirigida por Román Chalbauld, Taita Boves de Luis Alberto Lamata, Habana Eva de Fina Torres, Cheila una casa pa’ Maíta de Eduardo Barberena y Muerte en alto contraste de César Bolívar.
Meses antes —en agosto de 2010—, el presidente de la Villa del Cine, José Antonio Varela, había asegurado que "Venezuela puede hacer de 15 a 20 películas al año, sólo en cine de ficción. Si hablamos de cine documental serían 30 a 35 producciones". No obstante, la meta no fue lograda.
CULTURA SIN POLÍTICAS
A pesar de que durante su intervención ante el pleno de la Asamblea Nacional Sesto expresó que "la cultura la hace el pueblo y que el Estado destina recursos y traza políticas", los hechos dicen lo contrario.
La falta de políticas culturales ha llevado a los grupos de teatro a buscar el apoyo de empresas privadas, quienes han abierto espacios en el Este de la ciudad para dar albergue a estas actividades.
"El hecho de tener recursos propios no le quita la responsabilidad que el Estado debería asumir sobre el apoyo de actividades artísticas como el teatro, donde no vemos ninguna política cultural", señaló en días anteriores el director y actor de teatro, Basilio Álvarez, en entrevista con Tal Cual.
EXCLUSIÓN ROJA ROJITA
Finalmente, el ministro de la Cultura explicó cómo desde la llegada de la revolución se cambió el modelo de gestión cultural para la élite, a un modelo donde el pueblo tiene mayor participación.
"El pueblo quedaba por fuera. El gobierno ha convertido la gestión cultural en un accionar masivo, democrático y revolucionario. El gobierno no tenía ninguna institución fuera de la capital, sólo una Escuela de Danza en el Táchira y cinco librerías, una de las cuales ayudamos ubicarla en Ciudad Bolívar", dijo Sesto.
Lo que "olvidó" mencionar el titular del despacho durante su corta intervención fue el veto a numerosas compañías de teatro en las salas del Celarg, del Teatro Teresa Carreño y de la Universidad Nacional de las Artes por no compartir las posturas políticas de la revolución.
Sesto tampoco hizo mención a la cancelación del apoyo financiero a grupos teatrales que, según un decreto ministerial, tienen "conductas perniciosas y atentan contra la estabilidad metal del espectador".
El titular del despacho también destacó la fundación de la Red de Artes, el Instituto de Imagen y el Espacio, el Centro Nacional del Disco y la Universidad de las Artes. Sin embargo, el ministro no tomó en cuenta que estos son logros de gestiones culturales pasadas y no del año 2010.
Por ejemplo, la Villa del Cine fue inaugurada el 3 junio de 2006 y el año pasado sólo llevó a la cartelera nacional Zamora dirigida por Román Chalbauld, Taita Boves de Luis Alberto Lamata, Habana Eva de Fina Torres, Cheila una casa pa’ Maíta de Eduardo Barberena y Muerte en alto contraste de César Bolívar.
Meses antes —en agosto de 2010—, el presidente de la Villa del Cine, José Antonio Varela, había asegurado que "Venezuela puede hacer de 15 a 20 películas al año, sólo en cine de ficción. Si hablamos de cine documental serían 30 a 35 producciones". No obstante, la meta no fue lograda.
CULTURA SIN POLÍTICAS
A pesar de que durante su intervención ante el pleno de la Asamblea Nacional Sesto expresó que "la cultura la hace el pueblo y que el Estado destina recursos y traza políticas", los hechos dicen lo contrario.
La falta de políticas culturales ha llevado a los grupos de teatro a buscar el apoyo de empresas privadas, quienes han abierto espacios en el Este de la ciudad para dar albergue a estas actividades.
"El hecho de tener recursos propios no le quita la responsabilidad que el Estado debería asumir sobre el apoyo de actividades artísticas como el teatro, donde no vemos ninguna política cultural", señaló en días anteriores el director y actor de teatro, Basilio Álvarez, en entrevista con Tal Cual.
EXCLUSIÓN ROJA ROJITA
Finalmente, el ministro de la Cultura explicó cómo desde la llegada de la revolución se cambió el modelo de gestión cultural para la élite, a un modelo donde el pueblo tiene mayor participación.
"El pueblo quedaba por fuera. El gobierno ha convertido la gestión cultural en un accionar masivo, democrático y revolucionario. El gobierno no tenía ninguna institución fuera de la capital, sólo una Escuela de Danza en el Táchira y cinco librerías, una de las cuales ayudamos ubicarla en Ciudad Bolívar", dijo Sesto.
Lo que "olvidó" mencionar el titular del despacho durante su corta intervención fue el veto a numerosas compañías de teatro en las salas del Celarg, del Teatro Teresa Carreño y de la Universidad Nacional de las Artes por no compartir las posturas políticas de la revolución.
Sesto tampoco hizo mención a la cancelación del apoyo financiero a grupos teatrales que, según un decreto ministerial, tienen "conductas perniciosas y atentan contra la estabilidad metal del espectador".
¿Y LOS MUSEOS?
Otro tema que Francisco Sesto dejó fuera de la agenda durante la interpelación en la AN fue la grave situación de deterioro que atraviesan los museos. El ministro no hizo referencia a los 350 damnificados que se encuentran en la sede del Museo Alejandro Otero, ni a la medida de caución que pesa sobre miembros del Sindicato de Trabajadores de los Museos por defender sus derechos laborales, ni mucho menos a las obras que corren riesgo en los depósitos de la Galería de Arte Nacional.
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