DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL miércoles 5 de enero de 2011
Los damnificados esperan que les entreguen sus viviendas para irse del Museo Alejandro Otero
(Foto: confarruco.blogspot.com)
Aunque cueste verlo, el Museo Alejandro Otero poco a poco se está acostumbrando a no mostrar los rostros del arte moderno, contemporáneo y experimental venezolano e internacional. En cambio sí, desde hace un mes, en sus seis salas se muestran las caras de los 344 damnificados del barrio La Pedrera, de Antímano. Esta imagen no promete cambiar.
Por el contrario, a las víctimas de las lluvias del año pasado se les ha informado que podrían permanecer entre seis meses y un año dentro de la institución cultural, en lugar de los "casi tres meses" que en un principio prometió el ministro de Cultura, Francisco Sesto, a los trabajadores del Museo Alejandro Otero.
"Las respuestas que nos dan son las que transmite el Presidente de la República", dijo uno de los damnificados, que prefirió no revelar su nombre. "Cuando Chávez dijo que estaríamos un año en los refugios mientras construían las casas o los apartamentos, nos dijeron que así iba hacer aquí también", afirma.
De ser así, el Museo Alejandro Otero cerraría sus puertas a la producción artística y la exhibición de su colección durante todo 2011. Y de ello están consciente los damnificados que habitan, desde el 6 de diciembre, las salas del museo. Sin embargo, aseguran que esperan sus viviendas para salir de la institución.
"Hemos hablado con otros damnificados de varios centros y nos damos cuenta de que nosotros nos encontramos mejor en el museo. Nos han tratado con mucho respeto", asegura una de las señoras que se encuentra allí refugiada.
La entrada al Museo Alejandro Otero sigue prohibida para el ciudadano común. Sólo el personal del museo y los damnificados, todos identificados con carnets, pueden ingresar a la institución.
En las afueras han sido instalado dos toldos azules que sirven de sombra a las víctimas de las lluvias que deseen salir del edificio.
"Quienquiera puede quedarse acostado en la colchoneta todo el día, pero uno se fastidia de estar ahí y se viene para afuera a conversar. No me puedo quejar de nada, nos han tratado muy bien", asegura otro de los habitantes del barrio La Pedrera.
La dinámica de los habitantes del MAO se basa en la coordinación, según explican. La mayoría de los adultos sale a trabajar en horas de la mañana y tienen hasta las 9:00 p.m. para regresar. Luego de esa hora, el personal de seguridad cierran el acceso al museo, que en condiciones normales debería funcionar hasta las 5:00 p.m.
Uno grupo coordina la limpieza de las salas; otro la de los baños, y unos pocos más se encargan de preparar los alimentos. Para ello utilizan el cafetín del museo; y para lavar los trastos sucios se valen de un conjunto de poncheras que ubican en el jardín.
"En la parte trasera del museo nos colocaron seis duchas para agilizar el aseo. Tampoco eran suficiente los baños. Cocinamos en el cafetín porque dejaron de traernos la comida", asegura otra damnificada que tampoco quiso dar su nombre.
Para las fiestas decembrinas fueron pocas las personas que se quedaron a celebrar allí, pues muchos se trasladaron al interior del país para visitar a sus familiares.
El 24 de diciembre el Ministerio de Cultura envió a los Reyes Magos con regalos para los niños. Y el 31 sirvieron también la cena navideña con hallacas, ensalada y pernil.
Víctimas a la Torre de Cultura
526 damnificados de los sectores San Juan y Cota 905 que se encontraban refugiados en la escuela República del Ecuador, en la avenida San Martín, serán trasladados a la Torre Norte del Centro Simón Bolívar, sede del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Las víctimas se instalarán en los pisos 11, 12 y 13 del edificio, donde funciona la Fundación Cinemateca Nacional. Ahí se ubicarán en "miniapartamentos", según la Dirección de comunicaciones.
Por el contrario, a las víctimas de las lluvias del año pasado se les ha informado que podrían permanecer entre seis meses y un año dentro de la institución cultural, en lugar de los "casi tres meses" que en un principio prometió el ministro de Cultura, Francisco Sesto, a los trabajadores del Museo Alejandro Otero.
"Las respuestas que nos dan son las que transmite el Presidente de la República", dijo uno de los damnificados, que prefirió no revelar su nombre. "Cuando Chávez dijo que estaríamos un año en los refugios mientras construían las casas o los apartamentos, nos dijeron que así iba hacer aquí también", afirma.
De ser así, el Museo Alejandro Otero cerraría sus puertas a la producción artística y la exhibición de su colección durante todo 2011. Y de ello están consciente los damnificados que habitan, desde el 6 de diciembre, las salas del museo. Sin embargo, aseguran que esperan sus viviendas para salir de la institución.
"Hemos hablado con otros damnificados de varios centros y nos damos cuenta de que nosotros nos encontramos mejor en el museo. Nos han tratado con mucho respeto", asegura una de las señoras que se encuentra allí refugiada.
La entrada al Museo Alejandro Otero sigue prohibida para el ciudadano común. Sólo el personal del museo y los damnificados, todos identificados con carnets, pueden ingresar a la institución.
En las afueras han sido instalado dos toldos azules que sirven de sombra a las víctimas de las lluvias que deseen salir del edificio.
"Quienquiera puede quedarse acostado en la colchoneta todo el día, pero uno se fastidia de estar ahí y se viene para afuera a conversar. No me puedo quejar de nada, nos han tratado muy bien", asegura otro de los habitantes del barrio La Pedrera.
La dinámica de los habitantes del MAO se basa en la coordinación, según explican. La mayoría de los adultos sale a trabajar en horas de la mañana y tienen hasta las 9:00 p.m. para regresar. Luego de esa hora, el personal de seguridad cierran el acceso al museo, que en condiciones normales debería funcionar hasta las 5:00 p.m.
Uno grupo coordina la limpieza de las salas; otro la de los baños, y unos pocos más se encargan de preparar los alimentos. Para ello utilizan el cafetín del museo; y para lavar los trastos sucios se valen de un conjunto de poncheras que ubican en el jardín.
"En la parte trasera del museo nos colocaron seis duchas para agilizar el aseo. Tampoco eran suficiente los baños. Cocinamos en el cafetín porque dejaron de traernos la comida", asegura otra damnificada que tampoco quiso dar su nombre.
Para las fiestas decembrinas fueron pocas las personas que se quedaron a celebrar allí, pues muchos se trasladaron al interior del país para visitar a sus familiares.
El 24 de diciembre el Ministerio de Cultura envió a los Reyes Magos con regalos para los niños. Y el 31 sirvieron también la cena navideña con hallacas, ensalada y pernil.
Víctimas a la Torre de Cultura
526 damnificados de los sectores San Juan y Cota 905 que se encontraban refugiados en la escuela República del Ecuador, en la avenida San Martín, serán trasladados a la Torre Norte del Centro Simón Bolívar, sede del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Las víctimas se instalarán en los pisos 11, 12 y 13 del edificio, donde funciona la Fundación Cinemateca Nacional. Ahí se ubicarán en "miniapartamentos", según la Dirección de comunicaciones.
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