Detrás de Zavarce está la obra de Terry Smith que interviene una de las paredes, ahora filtrada, del Museo de Bellas Artes (Oswer Díaz)
DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL lunes 13 de diciembre de 2010
El Ministro de Cultura Francisco Sesto -desde el pasado viernes también ministro para la reconstrucción de Caracas- ha afirmado que las voces que se han alzado para criticar la decisión de refugiar en los museos a los damnificados han formado un verdadero drama.
Sin embargo, para el curador independiente Gerardo Zavarce la medida que tomó el ministro se escribe dentro de un capítulo más del drama que ya viven las instituciones museísticas. Un drama que está enmarcado dentro de una infraestructura que no ha recibido mantenimiento, de la poca claridad de la política cultural y del maltrato que ha recibido el recurso humano que labora en los museos.
"Esto es un drama. Obviamente no es parte de un drama solamente museológico sino de un drama de la sociedad. ¿Por qué estás personas llegan en estas condiciones a espacios que no están concebidos para ello? Definitivamente, por una urgencia, por carencias, por falta de prevención. ¿Por qué comienzan adolecer la infraestructura de los museos? Por carencias, por problema de articulación, de políticas que han tenido muchas personas en relación al manejo de los museos. ¡Esta es la verdadera historia dramática! Los trabajadores de los museos ya han estado trabajando sobre un drama, esa es la verdad. Llueve dentro de las salas de los museos desde hace mucho tiempo... y es un palo de agua. Hay una desidentidad, es duro para los investigadores que trabajan en los museos sentir que están haciendo un trabajo enorme para preservar un patrimonio, por no saber qué va a pasar con ellos", asegura sin tapujos Zavarce.
-¿Es correcta la decisión de tomar a los museos como centros de damnificados?
-Es una situación muy difícil. Es una pregunta que se construye dentro de una coyuntura difícil. Y en el contexto actual se hace doblemente difícil, por el contexto polarizado y antagonista que siempre están interesado en darle un sentido maniqueista a los museos. Esto se convierte también en una especie de paradoja. Y ahí comienza a ser bien interesante este hecho: ¿Van a estar unas personas que perdieron sus viviendas habitando un espacio, que en cierta manera en los últimos años, vive como una especie de destierro? Los museos indudablemente están a la intemperie y en ese sentido es como una especie de paradoja. El museo a su vez tiene afectaciones en la infraestructura física, es un museo que desde el punto de vista de la gestión también se ha ido desestructurando.
-¿Suena lógico llevar a los damnificados a museos que no cuentan con aires acondicionados, que tienen filtraciones y hasta se inundan cuando llueve?
-Nuestros museos se están convirtiendo en grandes laboratorios, en espacios de experimentación porque están aconteciendo muchas cosas que no son normales en otros museos o que no eran normales en el funcionamiento de nuestros museos. Siento que hay una situación de damnificados, hay una situación de tragedia pero es una tragedia prolongada. Hay una serie de contradicciones: los museos viven en crisis desde hace muchos años y hoy en día las fuerzas deben enfocarse en cómo logramos nosotros generar una condición que permita trascender a un estado de crisis permanente.
-Afirman que meter a damnificados en los museos es la excusa perfecta para cerrarlos ¿Siente que esto es así?
-Creo que esa es una afirmación basada en una interpretación. No creo que los museos se vayan a cerrar. Si creo que se encuentran con buenos trabajadores que están dentro de los museos y tienen un trabajo enorme; pero además lo tienen desde hace mucho tiempo y están haciendo muchas cosas interesantes. Creo que el público además, el público ganado por los museos, esa pequeña comunidad del campo del arte tiene un momento propicio. Así como uno manifiesta la solidaridad en los temas de tragedia humano también debe manifestar solidaridad con el tema de los museos.
-Los trabajadores de los museos afirman que con ellos pueden contar, pero que ante todo van a defender el patrimonio de la Nación...
-Lo van hacer. Las personas que trabajan en los museos tienen una vocación de vida. Van a defender a las personas que están dentro de los museos y van hacer todo para que su tránsito, que esperamos que sea breve, resulte lo mejor posible; sobre todo porque no se cuenta con una infraestructura apropiada. Van a defender el patrimonio. Claro para mí es una tragedia, el patrimonio hay que defenderlo, pero también es importante el patrimonio humano.
-El trabajador también clama por ese público que dejó de ir a los museos. ¿Cómo hacen para que el público entienda que el patrimonio es de todos?
-Es bastante difícil, pues ellos tienen una carga muy fuerte con el trabajo que ya hacen dentro de los museos. Los ciudadanos y la comunidad ganada al arte deben realizar un esfuerzo adicional. Yo que me propongo a ir todos los fines de semana a los museos, clamo por una presencia del público dentro de estos, además de los especialistas de la opinión pública para que trascienda más allá de la pequeña comunidad del campo de las artes. Los museos son víctimas de esas visiones maniqueistas de este país encendido. Hay que sumar.
-El ministro Sesto afirma que se ha hecho un drama con la ocupación de los museos por los damnificados. ¿Esto es un drama?
-Creo que es un episodio de un drama que continúa en los museos. El museo no puede estar aislado de la sociedad. Los museos respiran como un cuerpo social vienen padeciendo una ausencia de políticas claras. ¡Esa es la verdad y lo ha reconocido incluso el propio ministro! Reconoció las deudas que se tienen con los museos... y eso no es producto de las lluvias. Creo que es una trampa caer en el juego de separar al museo de la sociedad.
Sin embargo, para el curador independiente Gerardo Zavarce la medida que tomó el ministro se escribe dentro de un capítulo más del drama que ya viven las instituciones museísticas. Un drama que está enmarcado dentro de una infraestructura que no ha recibido mantenimiento, de la poca claridad de la política cultural y del maltrato que ha recibido el recurso humano que labora en los museos.
"Esto es un drama. Obviamente no es parte de un drama solamente museológico sino de un drama de la sociedad. ¿Por qué estás personas llegan en estas condiciones a espacios que no están concebidos para ello? Definitivamente, por una urgencia, por carencias, por falta de prevención. ¿Por qué comienzan adolecer la infraestructura de los museos? Por carencias, por problema de articulación, de políticas que han tenido muchas personas en relación al manejo de los museos. ¡Esta es la verdadera historia dramática! Los trabajadores de los museos ya han estado trabajando sobre un drama, esa es la verdad. Llueve dentro de las salas de los museos desde hace mucho tiempo... y es un palo de agua. Hay una desidentidad, es duro para los investigadores que trabajan en los museos sentir que están haciendo un trabajo enorme para preservar un patrimonio, por no saber qué va a pasar con ellos", asegura sin tapujos Zavarce.
-¿Es correcta la decisión de tomar a los museos como centros de damnificados?
-Es una situación muy difícil. Es una pregunta que se construye dentro de una coyuntura difícil. Y en el contexto actual se hace doblemente difícil, por el contexto polarizado y antagonista que siempre están interesado en darle un sentido maniqueista a los museos. Esto se convierte también en una especie de paradoja. Y ahí comienza a ser bien interesante este hecho: ¿Van a estar unas personas que perdieron sus viviendas habitando un espacio, que en cierta manera en los últimos años, vive como una especie de destierro? Los museos indudablemente están a la intemperie y en ese sentido es como una especie de paradoja. El museo a su vez tiene afectaciones en la infraestructura física, es un museo que desde el punto de vista de la gestión también se ha ido desestructurando.
-¿Suena lógico llevar a los damnificados a museos que no cuentan con aires acondicionados, que tienen filtraciones y hasta se inundan cuando llueve?
-Nuestros museos se están convirtiendo en grandes laboratorios, en espacios de experimentación porque están aconteciendo muchas cosas que no son normales en otros museos o que no eran normales en el funcionamiento de nuestros museos. Siento que hay una situación de damnificados, hay una situación de tragedia pero es una tragedia prolongada. Hay una serie de contradicciones: los museos viven en crisis desde hace muchos años y hoy en día las fuerzas deben enfocarse en cómo logramos nosotros generar una condición que permita trascender a un estado de crisis permanente.
-Afirman que meter a damnificados en los museos es la excusa perfecta para cerrarlos ¿Siente que esto es así?
-Creo que esa es una afirmación basada en una interpretación. No creo que los museos se vayan a cerrar. Si creo que se encuentran con buenos trabajadores que están dentro de los museos y tienen un trabajo enorme; pero además lo tienen desde hace mucho tiempo y están haciendo muchas cosas interesantes. Creo que el público además, el público ganado por los museos, esa pequeña comunidad del campo del arte tiene un momento propicio. Así como uno manifiesta la solidaridad en los temas de tragedia humano también debe manifestar solidaridad con el tema de los museos.
-Los trabajadores de los museos afirman que con ellos pueden contar, pero que ante todo van a defender el patrimonio de la Nación...
-Lo van hacer. Las personas que trabajan en los museos tienen una vocación de vida. Van a defender a las personas que están dentro de los museos y van hacer todo para que su tránsito, que esperamos que sea breve, resulte lo mejor posible; sobre todo porque no se cuenta con una infraestructura apropiada. Van a defender el patrimonio. Claro para mí es una tragedia, el patrimonio hay que defenderlo, pero también es importante el patrimonio humano.
-El trabajador también clama por ese público que dejó de ir a los museos. ¿Cómo hacen para que el público entienda que el patrimonio es de todos?
-Es bastante difícil, pues ellos tienen una carga muy fuerte con el trabajo que ya hacen dentro de los museos. Los ciudadanos y la comunidad ganada al arte deben realizar un esfuerzo adicional. Yo que me propongo a ir todos los fines de semana a los museos, clamo por una presencia del público dentro de estos, además de los especialistas de la opinión pública para que trascienda más allá de la pequeña comunidad del campo de las artes. Los museos son víctimas de esas visiones maniqueistas de este país encendido. Hay que sumar.
-El ministro Sesto afirma que se ha hecho un drama con la ocupación de los museos por los damnificados. ¿Esto es un drama?
-Creo que es un episodio de un drama que continúa en los museos. El museo no puede estar aislado de la sociedad. Los museos respiran como un cuerpo social vienen padeciendo una ausencia de políticas claras. ¡Esa es la verdad y lo ha reconocido incluso el propio ministro! Reconoció las deudas que se tienen con los museos... y eso no es producto de las lluvias. Creo que es una trampa caer en el juego de separar al museo de la sociedad.
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