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lunes, 31 de enero de 2011

Caricatura de Rayma 31 de Enero 2011

Fuente: El Universal



¿A la revolución no le gusta la cultura?

LUIS OLIVEROS |  EL UNIVERSAL lunes 31 de enero de 2011 
Esta semana no voy a escribir sobre la economía venezolana o sobre el mercado petrolero internacional, no porque no existan noticias importantes sobre el tema, sino porque quiero desde esta humilde tribuna, llamar la atención a un problema que como venezolanos nos debe preocupar y llamar a la reflexión. Me refiero a la delicada situación que viven la gran mayoría de los museos del país, principalmente el Museo del Transporte, único de su estilo en toda Latinoamérica y el cual corre el riesgo de perder su actual sede por un juicio en su contra, por la supuesta violación de las cláusulas del comodato (que vence en el 2018). 

El Museo del Transporte creado el 12 de octubre de 1970 tiene piezas que datan de entre 1903 y 1970. Su inventario es de más de 100 carros, aviones, carruajes, locomotoras y aviones. Esta colección constituye la más grande en toda Venezuela, por lo que la primera pregunta que uno puede hacerse si pierden su sede, ¿en dónde se podría montar un museo de este estilo, de estas características en Caracas?, ¿es necesario y favorable para el país cerrar este tipo de establecimientos?, ¿por qué si en todo el mundo la historia del país es cuidada y resguardada tan bien, en el nuestro estamos cerrando museos o al menos incentivando que esto ocurra? 

Desde un Oldsmobile Curved Dash de 1903 (primer automóvil que llegó al país), pasando por el Cadillac donde asesinaron a Carlos Delgado Chalbaud, los carros presidenciales usados por Juan Vicente Gómez, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez, trenes, carruajes, carretas, hasta un avión que participó en el desembarco de los aliados a Normandía. ¿No es maravilloso que nuestro país tenga estas piezas y todos podamos apreciarlas?, y en mi opinión lo es más cuando observamos el escaso (por no decir ningún) apoyo tanto público como privado que ha tenido este museo en los últimos años. Lo cierto es que, a pesar de los tesoros que están en el museo, hoy tanto la colección como sus trabajadores afrontan un futuro incierto. 

Para nadie es un secreto que la actual administración no ha tenido una política muy favorable hacia el sector cultura, y hasta se podría decir que la política de Estado en relación al sector ha sido el fomentar la pérdida de autonomía y de perfil de cada museo. La politización que embarga de manera tan negativa a todo el país alcanzó de forma radical al medio cultural, lo cual es muy negativo para los venezolanos. Pareciera que al final el objetivo es lo que alguien llamó por allí un "proceso de desculturarización" crear vacíos de críticas, vacíos de pensamiento diferente, para con esto lograr que pocos puedan identificar lo que realmente está sucediendo en el país y la dirección que está tomando. Debemos tener presente que los gobiernos autoritarios no existe de una manera seria, ni proyectos ni continuidad cultural en ninguno de los medios (llámese teatro, cine, televisión, museos, etc.). La estrategia de estos gobiernos viene dada en tratar de "endiosar" al líder del llamado proceso y al mismo tiempo mostrar no solo las bondades que ese gobierno ha brindado al país, sino hacer especial énfasis en lo negativo que fuera para esa nación que la realidad política cambiara. 

En plena Segunda Guerra Mundial, al entonces primer ministro del Reino Unido Winston Churchill su equipo económico se le acercó con la siguiente medida: "Señor primer ministro, se ha decidido retirar por completo el presupuesto que se tenía para cultura, para destinarlo a gastos para la guerra. Churchill preguntó la razón de tal medida, y la respuesta que le dieron fue "que el presupuesto que se le dedica a la cultura era muy elevado y en ese momento no era necesario para la guerra", ante lo que Churchill respondió indignado: ¿pretenden quitarle presupuesto a la cultura? ¡Entonces para qué estamos peleando!". Alguien escribió una vez que "Un pueblo sin cultura, es un pueblo sin alma", ¿será que es eso lo que buscan? 

Luis_cesar_13@yahoo.com
@luisoliveros13

sábado, 29 de enero de 2011

Conversatorio: Museos e Inclusión Social

El Sistema Nacional de Museos Invita para este Lunes 31 de Enero de 2011, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas a las 15:00 a un Conversatorio con el Prof. Oscar Navarro Rojas de Costa Rica, el tema será "Museos e Inclusión Social". 

Creemos que es una buena oportunidad para informarnos, sobre las distintas posturas que existen en nuestro país acerca de los Museos y sobre todo porque suponemos que será un espacio de diálogo. Una oportunidad como pocas para poder acercarnos y preguntar.

viernes, 28 de enero de 2011

Directora de la GAN resaltó el profesionalismo en el resguardo de la colección

Fuente: 28 de Enero de 2011 |  Correo del Orinoco


Desde SOSmuseosVE espacio encargado también de la investigación en el área cultural, nos ha sorprendido todos los cargos que ha ocupado la Sra. Dayana Frontado dentro de las Instituciones Museísticas pertenecientes a la FMN, hoy Directora de La Galería de Arte Nacional.


En el siguiente artículo publicado en el Correo de Orinoco, la Sra. Frontado alude puntualmente a tres problemas para nosotros bastante graves: 


1. El funcionamiento de la Galería de Arte Nacional dentro de un espacio que no ha sido terminado. La conservación adecuada de una colección de arte tan importante como el de la GAN no debería correr el riesgo de estar expuesta en un lugar que aún se encuentra en construcción el polvillo desprendido de los materiales puede afectar el buen estado de las obras o empeorar aquellas que necesiten restauración. 


2. La bóveda de Depósito está "Impecable" pero funciona como bóveda de paso, aún no se encuentra construido el mobiliario adecuado para el resguardo de las obras. La ambigüedad de este comentario sólo nos conduce a suponer que la colección no está siendo resguardada en condiciones óptimas. Nos preguntamos a qué se refiere la Sra. Frontado cuando menciona "Bóveda de Paso" ¿ya se encontraran las obras allí?  ¿qué ocurrirá con la colección cuando decidan construir el mobiliario? ¿Las colección del MUJABO que se encuentra allí en qué condiciones se encuentra en una "bóveda de paso? Considerando que la bóveda del MUJABO ya estaba completamente terminada con su mobiliario de conservación correspondiente.


3. Cuando habla la museóloga de la colección, se refiere a una sola, la que pertenece a la Fundación Museos Nacionales y no de una colección que le pertenezca a una institución museística específica. ¿Han pensado en el riesgo que supone concentrar el patrimonio nacional en una sola bóveda? Ya sea por causas naturales, o bien una filtración, o un incendio, cualquier cosa que pudiera salir mal pone en peligro TODO el PATRIMONIO ARTÍSTICO de VENEZUELA. Los Museos de la Fundación de Museos Nacionales tienen sus espacios de resguardo entonces ¿por qué concentrar todas las colecciones en un sólo depósito? 


Ya señalando lo anterior les dejamos con la nota publicada en el Correo del Orinoco.


Dayana Frontado, la directora de la Galería de Arte Nacional (GAN), se considera una servidora pública, al igual que los profesionales que laboran en el museo que dirige. Defiende el profesionalismo del equipo que bajo su mando está constituido por un personal altamente especializado y con una trayectoria museística que promedia los 20 años. Y aunque respeta la preocupación por el patrimonio artístico de la Nación y la enorgullece como museóloga el interés que despierta su conservación, cree que deben evitarse apreciaciones a la ligera, las cuales colocan en entredicho el celo y dedicación de sus trabajadoras y trabajadores. "Más allá de los intereses personales, si eres de este sector debes pensar en el daño que con posiciones negativas le haces a la institucionalidad que es en definitiva la de tu país. Yo creo que eso hay que resguardarlo. Estoy dispuesta a luchar por estas instituciones culturales y a defender lo que estamos haciendo sin temor a que nos sentemos, nos reunamos o discutamos, pero sí hay que oír los puntos de vista de todas las partes. Hay que defender esta institucionalidad porque esto es patrimonio y es parte de la identidad de todas y todos", reiteró Frontado. 


Para la especialista es una fortuna tener un "museo de nueva planta". Recuerda la directora que el proyecto de la sede de la GAN -antes ocupaba los espacios del Museo de Bellas Artes- tenía más de 20 años, y fue en este Gobierno y bajo la gestión del ministro de Cultura, Francisco Sesto, que se hizo realidad. "Si bien la segunda fase de la edificación no se ha iniciado, el edificio todo se hizo con muy buena tecnología". "Es un museo que invita a la gente a venir, que las salas están muy bien acondicionadas, con sistema de iluminación y aire acondicionado y un buen metraje cuadrado. Quizá no es un museo tan grande como otros, pero es un museo importante". Falta por construir la segunda edificación de la institución con un auditorio, oficinas, área de talleres, pero lo que aumenta la expectativa de Frontado, más que la construcción del edificio que resta, es la construcción de una plaza que en proyecto se extendería desde la calle lateral que va de la avenida Bolívar a la México hasta las pórticos mismos de la GAN, y que "va a invitar más a la gente a recorrer este espacio". Aunque el proyecto no está acabado, no se ha limitado la actividad de la GAN, aseguró Frontado. 


LA BÓVEDA ESTÁ IMPECABLE La directora de la GAN, quien tiene por lo menos 15 años en el medio museístico, afirmó que no existen problemas de filtración en la bóveda, que además se encuentra ubicada a nivel de calle, por lo cual no está sometida a otros factores de riesgo. "La bóveda tiene aire acondicionado y tiene sistema de control de humedad. Está impecable", afirmó. Explicó que es usada actualmente como bóveda de paso, pero cuando se termine su acondicionamiento podrá proteger a buena parte de la colección. "Una bóveda tiene por objetivo fundamental resguardar el tesoro público, como la bóveda del Banco Central, un tesoro que es patrimonio del Estado venezolano", expresó Dayana Frontado. Pero la diferencia está en que ese tesoro está conformado por obras de arte y requieren que la bóveda que las resguarde posea un mobiliario diseñado especialmente para ubicarlas en el amplio espacio. Añadió la directora que se está en la fase de diseño de ese mobiliario. 


Cuando habla la museóloga de la colección, se refiere a una sola, la que pertenece a la Fundación Museos Nacionales y no de una colección que le pertenezca a una institución museística específica. Esta única colección está conformada por 25.000 piezas, que en su totalidad está asegurada, se moviliza y traslada "en función de las necesidades expositivas". Destacó también el celo y el profesionalismo de los equipos de registro y conservación. Los primeros se encargan de llevar el inventario de la colección, y "de alguna manera sobre ellos recae la responsabilidad de velar por ésta", en tanto que el equipo de conservación se encarga de mantener en buen estado las obras y alertar sobre cualquier deterioro. Aseveró Frontado que la GAN cuenta con especialistas de las tres áreas básicas: escultura, papel y pintura

jueves, 27 de enero de 2011

El Jacobo Borges se convertirá en museo escuela a partir de marzo.

Desde SOSmuseosVE queremos dejar muy claro que no nos oponemos a la creación de Universidades de Arte, lo que condenamos es el cierre de los museos para fungir como espacios universitarios. Exhortamos a las autoridades encargadas del tema a construir espacios adecuados para tales fines y mejorar la calidad de los espacios museísticos. 


Fuente: http://www.entornointeligente.com
Publicada a las 06:45 AM del 27 de Enero de 2011 |  Correo del Orinoco


El Museo Jacobo Borges, en Catia, será un nuevo lugar para la enseñanza de las Artes Plásticas de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte). En este espacio se combinará la actividad académica con la museística, además de que continuará la nutrida participación comunitaria que ha caracterizado a ese recinto. La rectora de la Unearte, Elinor Cesín, explicó que el 12 de marzo se inaugurará la nueva etapa del Jacobo Borges. En la ceremonia se presentará una muestra en la que se evidenciará la ardua labor que han cumplido estudiantes de Artes Plásticas de la referida academia con comunidades tejedoras de las localidades Mucuchíes y Clarines, ubicadas en los estados Mérida y Anzoátegui, respectivamente. El proyecto de la Unearte consiste en aprovechar el Jacobo Borges para la enseñanza de Museología, una de las menciones de la carrera de Artes Plásticas. A diferencia de otros países, esta cátedra nunca se había impartido en Venezuela. La expectativa de la academia es alcanzar niveles de calidad de estudio que puedan compararse con cualquier país y promover esfuerzos en esa dirección. 

Impiden ingreso de trabajadores al Museo de Arte Contemporáneo

Fuente: http://www.diariolavoz.net/seccion.asp?pid=18&sid=1050%C2%ACid=353124&notid=353124


Luego de una marcha pacífica, la Fundación de Museos Nacionales (FMN) acusó a los manifestantes en la Inspectoría del Trabajo y no los deja laborar 

Un grupo de trabajadores remitieron un comunicado este miércoles, luego de un impasse ocurrido en la entrada del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Señalan los afectados, que son amedrentados constantemente por personal de la Fundación Museos Nacionales (FMN). El acoso por parte de la FMN se habría agudizado luego de que los empleados de los museos, espontáneamente organizados, hubieran realizado una marcha pacífica hacia este instituto rector de los centros de arte. Agregaron portavoces de Sintramuseos, que las quejas del gremio obedecen a la suspensión de beneficios laborales a los que han sido sometidos y a la mala política administrativa del ente rector.

“El caso es que desde ese momento, la FMN ha acudido a ciertos ardides legales para acosar, instigar a un grupo de trabajadores (relacionados con Sintramuseos) denunciándolos ante la Inspectoría del Trabajo por protestar a las afueras de la Fundación de Museos Nacionales, por reclamar sus derechos laborales y las malas políticas administrativas que se vienen aplicando en los museos nacionales”, esgrimieron en un documento.
Alegaron que a través de algunos jefes de área se ha divulgado entre los trabajadores, la sentencia de que todo aquel que insista en reclamar sus derechos correrá la misma suerte de los trabajadores denunciados y serán despedidos.
Dijeron igualmente, que sin cursar ninguna comunicación oficial y por intermediación de los jefes de seguridad, se ha impedido la entrada de los trabajadores denunciados provocándolos e injuriándolos verbalmente, hecho que se agudizó este miércoles cuando no se dejó ingresar al Museo de Arte Contemporáneo a un grupo de empleados, al parecer por orden del jefe de Seguridad, Jhonny Rodríguez, quien a su vez estaría siguiendo órdenes de la directiva.
“Estos actos que se repiten en todos los museos, ha generado una situación de estrés en los compañeros de los distintos departamentos”. Añadieron los afectados, que el clima vivido es insostenible y delicado, ha originado cruce de palabras fuertes entre compañeros. Instaron a que se eviten estas situaciones y se mantenga el clima organizacional necesario para la realización diaria de labores. 

Una protesta impidió actividades en el MAC

Fuente: http://www.entornointeligente.com/resumen/resumen-completo.php?items=1086282

Publicada a las 05:45 AM del 27 de Enero de 2011 |  El Nacional


Un enfrentamiento entre representantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de los Museos y el personal de seguridad del Museo de Arte Contemporáneo ocurrió ayer frente a la institución, que permaneció cerrada toda la mañana y parte de la tarde. 

El motivo de la disputa fue una orden emitida por la Fundación Museos Nacionales y la Inspectoría del Trabajo de suspender de sus cargos a 26 trabajadores ­en su mayoría representantes sindicales­ vinculados a las manifestaciones y otras acciones que ejecutaron en septiembre del año pasado, informó Jorge Moreno, presidente de Sintramuseos. En esa ocasión, los empleados ­que reclamaban el incumplimiento del Plan de Igualación­ causaron daños a la sede del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio. A fuerza de grafitis le exigieron a Vivian Rivas, directora de la Fundación Museos Nacionales, el pago de pasivos y tickets de alimentación. 

Ayer en la mañana, varios de los trabajadores suspendidos, así como algunos empleados de la antigua administración del Museo Jacobo Borges, intentaron ingresar al Museo de Arte Contemporáneo, donde estaba prevista una reunión. Sin embargo, el personal de seguridad les impidió el paso. El enfrentamiento entre ambos grupos ameritó la intervención de la Policía Nacional.  A mediodía, Sintramuseos organizó una manifestación frente a la institución. "Se quiere criminalizar la protesta. A los trabajadores suspendidos se nos impide acercarnos a los museos, como si el procedimiento que se adelanta contra nosotros fuera de índole criminal y no laboral. Hay una retaliación política contra el sindicato, por las denuncias y los atropellos que hemos ventilado en el sector cultural", dijo Moreno. 


El dirigente asegura que la medida de suspensión que pesa sobre el grupo de trabajadores no les impide la participación en las actividades gremiales que se desarrollan dentro de los museos. Durante la protesta, Moreno advirtió que se avecina el cierre del Museo Arturo Michelena, cuya colección permanece desde agosto del año pasado en las bóvedas de la Galería de Arte Nacional. "Estamos aquí para impedir los despidos y jubilaciones forzadas de los trabajadores de las instituciones que el Ministerio de la Cultura piensa liquidar". 

Ministro de Cultura restó importancia al cierre de museos

Fuente: http://www.entornointeligente.com/resumen/resumen.php?items=1086126


El ministro de Cultura, Francisco Sesto, restó importancia a las críticas que se le han hecho por el cierre del Museo Jacobo Borges y las restricciones en el Museo Alejandro Otero. El primero pasó a ser sede de la Universidad Nacional Experimental de las Artes y en el segundo fueron alojados 300 damnificados en diciembre. Aseguró que la Galería de Arte Nacional, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de Bellas Artes exhiben en la actualidad obras que habían permanecido en las bóvedas, y en ellos se realizan exposiciones antológicas permanentes. Acusó a los que dirigían los museos de ver el arte como un mercado. "Es perverso, injusto, y cruel", expresó. Obras sustraídas Aún están desaparecidas las seis obras que fueron robadas del Salón Arturo Michelena del Ateneo de Valencia. La sede fue invadida por funcionarios del Gobierno, denunció Elis Mercado, presidente de esa institución.

Ponencia: Archivos Por: Sagrario Berti

Fuente: El Universal 16 de Junio 2010.

Ponencia: Archivos

Por: Sagrario Berti
Historiadora de arte. Experta en conservación fotográfica. Curadora

Archivos.

Estamos reunidos para analizar las políticas impuestas por el Estado a los museos nacionales. Especialmente para discutir las decisión de Farruco Sesto, en sus últimas declaraciones a la prensa no oficial, cuando habló de desintegrar o despedazar las colecciones, para concentrar a todas las obras en un solo depósito. Los museos ya no serán responsables de sus colecciones, la administración de las mismas estará a cargo de la Fundación Museos Nacionales, actualmente dirigida por Vivian Rivas.
En principio, la política de Farruco Sesto nos preocupa puesto que no sólo los museos pierden su especificidad, su especialidad e identidad, sino también porque, según sus declaraciones, las obras estarán almacenadas en un depósito que todavía, hasta donde sabemos, no ofrece las condiciones adecuadas para la preservación y conservación de obras. Desde un punto de vista histórico, podría decirse que la decisión de Sesto equivale a un viaje al pasado, a los siglos XVI y XVII, cuando en Europa aparecieron los abarrotados gabinetes de curiosidades. Que fueron los ancestros directos del museo como institución. Lo que se quiere decir con esto es que la nueva "política" diseñada por Sesto y el régimen al que sirve equivale, lisa y llanamente, a abolir más de doscientos años de tradición museística.
Aparte de estas consideraciones, me parecen especialmente preocupantes las consecuencias de las medidas anunciadas en un área de vital importancia dentro del dispositivo museístico. Me refiero a los archivos y registros, responsables del historial de cada pieza. Este es un tema que hasta ahora no hemos abordado, ya que nuestra atención ha sido dirigida a la fisicalidad de las obras, al conjunto de piezas que conforman una colección. De entrada, cabe exigir de Sesto que dé respuesta a unas cuantas preguntas vitales: ¿trasladarán la obras con sus expedientes? ¿O bien los documentos permanecerán en los centros de documentación de cada una de las nuevas salas de exposición -que a eso se reducirán, en el nuevo esquema, los museos- es decir, alejados de sus referentes?
¿Tendremos los investigadores que movilizarnos de un edificio a otro tratando de cotejar información? Esto ya pasa con la colección de objetos etnográficos del antiguo Instituto de Etnomusicología y Folclore, ahora llamado de la Diversidad Cultural, donde los objetos se encuentran en la sede de los Rosales, pero su extraordinario e invaluable respaldo de información están depositados en la sede de la Biblioteca Nacional.
Los planes del ministro son preocupantes, en suma, porque si es indeseable pero imaginable el absurdo de un museo sin colecciones, es tan indeseable y además inimaginable la existencia de colecciones sin expedientes, sin historia o, si se prefiere, sin "memoria". Por no decir nada del hecho de que las obras, y mucho más en las comunidades artísticas de este nuevo siglo, poco significan por sí solas, desvinculadas de sus papeles de identidad; de hecho, en los últimos veinte años, el archivo ha dejado de ser un concepto cerrado o fijo que sólo remite a una supuesta "información" objetiva, para convertirse en matriz o fuente de prácticas artísticas para numerosos artistas que se han dedicado a repensar, reinterpretar y reconfigurar el museo como medio y a subvertir, a partir de estas prácticas, el discurso de la modernidad.
Muy brevemente, voy a repasar algunos conceptos básicos para que se vea el por qué de estas inquietudes.

I.
Comos sabemos, un archivo es un conjunto ordenado -o sin orden- de documentos que una persona, una sociedad, una institución, produce y acumula en el ejercicio de sus funciones o actividades. El archivo de los museos se encuentra conformado por documentos que describen la procedencia de las obras, certifican transacciones de adquisición, donación o custodia. Al mismo tiempo, en él se encuentran expedientes de piezas que dan cuenta del tránsito que han tenido dentro y fuera de la institución, por razones de investigación, conservación o préstamo, por ejemplo. También el archivo de un museo atesora las indicaciones necesarias para la instalación de las piezas, conformadas por información gráfica y fotográfica, sugerencias de montaje y hasta recomendaciones para su preservación, según el medio o soporte. Un archivo de museo, en suma, es el custodio de la biografía de cada pieza, de su memoria y trayectoria.

II.
Hasta hace tres décadas los investigadores organizaban exposiciones siguiendo lineamientos cronológicos -el modelo positivista-, buscando legitimar aspectos como la dimensión estética de la obra y la relevancia histórica del artista y, en última instancia, el anonadamiento estético. Las obras en esas muestras eran objeto de contemplación, en el marco de las cuales el investigador/curador privilegiado podía poner en práctica su gusto crítico, su juicio por el arte, siguiendo constructos modernistas. La metodología curatorial, sin embargo, es hoy muy otra: las piezas, más allá de su autoría, de la fecha inscrita, de la técnica o soporte, de sus componentes o estructuras formales, no tienen por único destino el promover una determinada lectura. El investigador contemporáneo ya no se limita a "tener ojo", y de él se espera que su curiosidad nutra su investigación, a partir de la biografía de las piezas en los archivos: en otras palabras, que realice una labor historiográfica. El curador/investigador sabe que el significado de las obras, su sentido, reside no en lo que ellas representan, sino en ese amplio contexto que las define: en esa red de información disímil y heterogénea de los expedientes que, si bien es necesaria para certificar la memoria de las obras, no contienen información fija e inmutable, más allá de la necesaria autenticación de una verdad histórica, sino metadatos. Es decir, herramientas teóricas y conceptuales que le permiten al investigador -llámese curador o historiador- estimular actos interpretativos en el espectador y así capacitarlo para interactuar con lo que ve en la exposición -o lee en el catálogo-. En suma, para que abandone el pasivo papel de simple consumidor de cultura.

III.
En relación a una última inquietud. Nos alarma el hecho de que desde hace diez años se haya venido amputando y obstaculizando la práctica artística dentro de los museos. No sólo se ha visto disminuida la programación expositiva de arte elaborado en Venezuela y fuera de sus fronteras, sino que también se ha abandonado otra de las tendencias que distingue al arte contemporáneo, como son las intervenciones in situ, dentro del espacio institucional, con su potencial de cuestionamiento del museo como institución y sus prácticas codificadas. Lamentablemente, no ha habido iniciativas por parte del ministerio de convocar a artistas emergentes para reinterpretar las colecciones u obras específicas. Han escaseado las propuestas de construcción y decontrucción de salas de exposición, y tampoco a los artistas no se les brinda la oportunidad de ser activos asesores, capaces de diseñar y planificar proyectos dentro de las instituciones. Ha desaparecido el objetivo de fracturar la rigidez decimonónica del discurso museal. Ni siquiera se busca insuflar un aire más contemporáneo a la gravedad y severidad de las obras científicas, no digamos ya yuxtaponerlas con las artísticas.

En resumen.
Las nuevas medidas anunciadas, de llegar a aplicarse, condenarían a los museos a la depauperación y a una regresión segura a formas primitivas y estériles de exhibición de obras. Primero, por lo obvio, que ya ha sido señalado abundantemente: el despojamiento de sus colecciones transforma a los museos, de facto, en meros espacios expositivos. Pero también porque los museos no sólo se definen por su capacidad para constituir colecciones de obras, según criterios específicos que representan sus señas de identidad, sino porque entre las funciones que hacen de él un organismo insustituible, destaca precisamente la de promover y estimular la investigación curatorial e historiográfica y ofrecer, tanto al artista como al público, la posibilidad de diversificar y enriquecer su concepción del arte.
A lo que nos enfrentamos, pues, es al proyecto de implantar un sistema que, además de rígido y excluyente, será incapaz de generar no sólo nuevas audiencias, sino que también impedirá la práctica artística cuestionadora.

Ponencia: Catalepsia museística Por: Roldán Esteva-Grillet

Fuente: El Universal Caracas 16 de Junio 2010.

Ponencia: Catalepsia museística

Por: Roldán Esteva-Grillet
Historiador y crítico de arte.

Hasta principios de los setenta del pasado siglo, en Caracas sólo existía el Museo de Bellas Artes como institución vinculada al desarrollo artístico del país. Desde su refundación, en 1938, con un edificio entre neoclásico y art decó de Carlos Raúl Villanueva, y en particular con sus Salones Oficiales de Arte Venezolano, entre 1940 y 1969, hasta la creación de los nuevos museos de los años setenta, Galería de Arte Nacional y Museo de Arte Contemporáneo, ese antiguo y prestigioso museo atesoró la principal colección de arte del país, a la vez que sirvió de sede de una importante serie de exposiciones de arte extranjero que contribuyeron mucho a incrementar el gusto por el arte y la formación de nuestros jóvenes artistas. Como una de sus funciones colaterales, cumplió con ceder alternativamente alguna de sus salas para exposiciones de artistas contemporáneos, en momentos en que las galerías comerciales era escasas, actividad que no dejó de realizar cuando éstas abundaron, pero ya escogiendo aquellos artistas consagrados o de vanguardia que las mismas galerías no se atrevían o no les interesaba patrocinar.
En el interior de la República, sólo en los años sesenta en Mérida, y gracias al impulso de la Universidad de los Andes, dos museos nuevos surgieron: el de Arte Colonial y el de Arte Moderno. En Valencia, la actividad tesonera de su Ateneo hacía posible el crecimiento, año tras año, de una riquísima y muy representativa colección de la pintura y escultura venezolanas, en tanto que en Maracaibo la labor solitaria y heroica, también de una institución privada, el Centro de Bellas Artes, hacía lo suyo. Otros museos vieron la luz en esos espléndidos años setenta de expansión en el ámbito cultural: el Narváez de Porlamar, el Soto de Ciudad Bolívar, el Abreu de Maracay.
La creación de la Galería de Arte Nacional, a costa de una buena parte de la colección de arte venezolano atesorado por el Museo de Bellas Artes, llevó al retiro definitivo del campo museístico a su último director, el diseñador, ceramista y crítico de arte Miguel Arroyo. Aún así, siguió dando sus aportes en el campo de la docencia universitaria (Universidad Simón Bolívar, Universidad Central de Venezuela), realizando trascendentes curadurías (Arte Prehispánico de Venezuela), diseñando la museografía de un museo del interior (Museo de Arte Colonial y del siglo XIX de Coro) o recopilando en un libro sus textos críticos, estudios y polémicas gracias a la Academia Nacional de la Historia.
Los años ochenta fueron los años del retorno a la pintura, luego de tanto conceptualismo y performances, pero sobre todo de los salones regionales. No hubo ciudad capital del interior que no lanzara su Bienal o su Salón anual, con la participación de entendidos locales y la invitación de críticos de arte residenciados en Caracas. Nuevos museos entraron a disputarse el público creciente del arte en Caracas: el de la Rinconada (hoy Alejandro Otero), el Museo de Arte Popular de Petare, el Cruz Diez dedicado a la estampa y el diseño, el Jacobo Borges en el oeste de la ciudad. Todos sin excepción, fueron eventualmente sedes de exposiciones significativas, que originaron polémica y dejaron registrado en sesudos y bien ilustrados catálogos el acontecer artístico el momento. Por si quedaran dudas, la prensa de época da cuenta de todas estas actividades, con las correspondientes reseñas críticas, entrevistas a artistas premiados o disconformes, o encuestas entre el público asistente, cuando no las mismas declaraciones de alguna de las varias autoridades en cuyas manos estaba el presupuesto o el diseño de políticas.
La llegada de los noventa significó un paso fundamental de madurez en la gestión museística, con una generación ya formada, con estudios universitarios y suficiente experiencia en la administración de colecciones y en la curaduría de exposiciones. El paso lógico fue otorgar mayor independencia programática y autonomía gerencial a los principales museos a través de la figura jurídica de la Fundación de Estado.
Sin pretender historiar esa década de sana competencia entre los principales museos, que vio crecer sus públicos al tiempo que la calidad de sus exposiciones, fuesen traídas del exterior u originadas en el patio, lo cierto es que todavía se consiguen a la venta algunos de los enjundiosos catálogos de entonces que ponen de manifiesto el fervor y el rigor con que se trabajaba. Los diversos gobiernos supieron, sin mezquindad alguna, reconocer el derecho a una autonomía en la gestión, basados en la confianza en un personal de alto nivel, especializado, ajeno a la política y sólo atentos a la calidad que un museo debe ofrecer a su público. Baste con decir que nuestros museos eran la vanguardia en Sudamérica y algunos de ellos, como el Museo de Bellas Artes o el Museo de Arte Contemporáneo habían adquirido el nivel envidiable para cualquier país como para recibir en sus sedes exposiciones sumamente apetecibles de parte de museos prestigiosos de Europa o Estados Unidos, con mayor experiencia y riqueza patrimonial.
La situación empieza a cambiar a partir del año 2000. Veamos algunos síntomas. Ese año el Museo Jacobo Borges acepta exponer una gran exposición fotográfica, tipo reporteril, sobre el primer año de gobierno del presidente Hugo Chávez Frías. Por su parte, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas "Sofía Imber", acepta exponer una selección de piezas artesanales y turísticas de cada uno de los países miembros de la OPEP, reunidos en el Parque Central. Ambas programaciones fueron iniciativas, no por cierto de las respectivas directoras (Adriana Meneses Imber y Sofía Imber), sino impuestas por el Presidente del CONAC, Manuel Espinoza, pintor, diseñador gráfico y director fundador de la Galería de Arte Nacional, y miembro de cuanto consejo consultivo existiese en los museos de entonces.
La exposición del MACCSI fue criticada por Juan Carlos Palenzuela, entonces funcionario de Cancillería, y a los dos días fue destituido de su cargo por el entonces Ministro de Relaciones Interiores José Vicente Rangel. Este mismo Ministro, cuya esposa funge de escultora a ratos, rastreó con insistencia a un celebrado crítico de arte venezolano, de larga trayectoria y todavía activo entre nosotros, Perán Erminy, para que le hiciera el texto de catálogo de la exposición organizada por Cancillería para la Embajada de Venezuela en París. El crítico en cuestión no se dio por aludido y siguió en sus trece.
A inicios del año 2001, ocurrió la vergonzosa y humillante destitución de varios de los más famosos directores de museos, entre ellos Sofia Imber y María Elena Ramos, desde un programa de televisión por parte del Presidente de la República. La medida tomó por sorpresa a todos menos a Espinoza, autor de la maquinación, pero motivó la renuncia de quien había sustituido a Roberto Guevara (ya fallecido) en la Dirección Sectorial de Museos, el arquitecto Guillermo Barrios, hoy decano de su Facultad en la UCV.
Puede decirse que por un escaso lustro, los museos siguieron actuando como si nada hubiera pasado, si bien algunos de ellos se resintieron fuertemente de ciertas manipulaciones desde el CONAC. Se creía con mucha ingenuidad que la presencia de Manuel Espinoza en su Presidencia podía ser una garantía de comprensión hacia sus necesidades. En 2003, Espinosa, comunista de vieja guardia, renuncia a su cargo ante la reducción del 30% del presupuesto para los museos. Se había creado el Ministerio de la Cultura, sin cartera, en manos del arquitecto Francisco Sesto Nova. El nuevo Ministro se encargó de liquidar al CONAC. Su primera política en relación a los museos fue la de promover la creación de sindicatos de trabajadores. Pero, entre manos se traía ya extender a los museos una política de reducción drástica de personal; es así que al nuevo director de la Galería de Arte Nacional, el crítico y museólogo Francisco Dantonio le pedía informalmente que, de cien empleados que tenía, la institución debía prescindir de la mitad.
Mal que bien, por los pocos recursos, la Galería de Arte Nacional y el resto de los museos alcanzaron a realizar hasta 2004 una que otra exposición al viejo estilo, es decir, con todos los requisitos cumplidos por la museología contemporánea. El artista Alirio Oramas obtuvo un espacio generoso para una exposición curada por él mismo, con su correspondiente catálogo; a la muerte de Humberto Jaimes Sánchez la GAN montó una exposición retrospectiva de su obra; lo mismo con el fotógrafo Carlos Puche, curada por Ernesto Guevara. Por su parte, el Museo de la Estampa y el Diseño exhibió una selección de las doscientas pruebas de autor donadas Luis Guevara Moreno.
Sin embargo, cuando la Galería de Arte Nacional quiso celebrar el centenario de Francisco Narváez, la exposición curada por Francisco Dantonio quedó bastante deslucida al no poder incorporar piezas de coleccionistas privados. El Presidente de la República acababa de amenazar con un impuesto al lujo que afectaría a los coleccionistas privados y estaba en discusión una ley de derechos de autor según la cual el Estado podría expropiar los correspondientes a aquellos autores o artistas declarados patrimonio nacional. Menos mal que otras instituciones salieron adelante con sus respectivos homenajes a Francisco Narváez: la Universidad Central de Venezuela (curador Freddy Carreño), Fundación Provincial (curadora Mariela Provenzali), seguros La Previsora (curadora Susana Benko, en la sala Arte Ascaso), en donde el público pudo admirar obras de colecciones públicas y privadas.
La última exposición digna, con todas las de la ley, realizada en la Galería de Arte Nacional, fue una retrospectiva en homenaje a Claudio Perna, curada por la crítico y museóloga Zuleiva Vivas en 2004. La exposición abarcó cinco salas y contó con un libro-catálogo de consulta fundamental para conocer la obra de este artista. Considero de suma importancia retener este último dato, pues a partir del siguiente año todo empieza a derrumbarse.
En efecto, en 2005 el ministro Sesto considera necesario dar por finiquitada a experiencia autonómica de las Fundaciones de Estado para cada uno de los museos, y centralizar todo en una sola Fundación de Museos Nacionales, dueña a su vez de todo el patrimonio. Se centraría así la administración de los recursos pero también, y fue lo más criticable, toda la programación. En pocas palabras, los museos, o mejor dicho, los directores de museos ya no podrían realizar sus propias programaciones en sana competencia, atendiendo a sus respectivos perfiles museísticos, sino que debían atenerse a lo que se decidiera en la Fundación como cuerpo directivo.
De los entonces directivos sólo uno, el arquitecto José Cesarino, del Museo de Ciencias, manifestó públicamente su inconformidad pues lo mezclaban con instituciones artísticas cuando su museo debía aglutinarse con los científicos y tecnológicos. En tanto que la crítica y museóloga Catherine Chacón, de la Estampa y el Diseño, consideró que la idea era semejante a la Reunión de Museos Nacionales que funcionaba en París...
Al mismo tiempo, en el MACC y el MAO se convocaban reuniones para discutir el "Socialismo en los Museos". A la del MAO uno de los invitados especiales fue el Secretario General del Partido Comunista, Jerónimo Carrera. Alguien del público intervino advirtiendo que en los museos seguía existiendo una masa de trabajadores desafectos al régimen y que era necesario hacer una limpieza general para evitar saboteos o "guarimbas", palabra de moda.
La Presidencia de la Fundación de Museos Nacionales, al parecer, se convirtió en el cargo burocrático más ambicionado por algunos personeros y arrivistas, con el poder de cambiar y nombrar a diestra y siniestra a directores afectos o desafectos, ni siquiera al régimen sino a las propias simpatías. En seis años, el Museo de Ciencias ha tenido siete directores, y algunos directores de otros museos han estado en el cargo no más de tres meses, tan breve su paso que la gente ni siquiera llega a asimilar el nombre. La inmensa rotación en los cargos ha sido un inconveniente serio, en ningún caso tomado en cuenta por las autoridades, por lo que significa de pérdida de tiempo y energía en inútiles reprogramaciones, y por el mismo desconcierto que genera entre los subordinados que ya no saben a qué atenerse.
Al año de su creación, la Fundación de Museos Nacionales decide ampliar el número de museos: así surgen el de la Palabra (a partir de la Plataforma del Libro, con Rubén Wisotzki), el de Fotografía (en Ciudad Bolívar o Puerto Ordaz, con Juan Vicente Gómez Gómez), el de Cine (en Mérida, con Armando Arce), el de la Diversidad Cultural (ya existente en las colecciones del UNIDEF, con Luis Galindo), el de Ciencia y Tecnología (en Barquisimeto, con José Cesarino), el de Arte Popular (en Caracas, con Laura Carrera), el de Arquitectura (en Caracas, con Juan Pedro Posani) y el de Historia (en Maracay, con Pedro Calzadilla). Ninguno con sede y mucho menos con una colección específica: todo en el papel, salvo el de Arte Popular pues ya se había adquirido a fines de los noventa la colección de Mariano Díaz (1420 piezas, más 25 obras de Manasés, y otras posteriormente donadas por el IARTES). De todos estos museos, los únicos que construyen sus sedes son los de Historia y el de Arquitectura.
También quedaron bajo la égida de la Fundación los museos históricos (Casa Natal, Museo Bolivariano, Panteón Nacional, Cuadra Bolívar, San Mateo), pero casi de inmediato pasaron al Centro Nacional de la Historia, junto con el Museo de Historia. Este Centro Nacional de Historia, dirigido por Arístides Medina Rubio, había sido creado por la imposibilidad oficinista de manipular a una antigua institución, la Academia Nacional de la Historia, cuyas autoridades responden al dictamen democrático de sus miembros.
Desde la presidencia de la Fundación de Museo Nacionales se impuso, especialmente con Zuleiva Vivas, una política que hasta ahora se ha seguido a pie juntillas, y que resumidamente ha consistido en estas pautas: no dar información a la prensa sin autorización; no conceder entrevistas a los medios desafectos al régimen; no adquirir obras, salvo que sean donadas (aunque se sabe que el retrato de Cipriano Castro, de Herrera Toro, fue adquirido para la GAN por orden presidencial); no se hacen exposiciones individuales, sólo colectivas; las exposiciones deben duran de tres a cuatro meses (las hay que han durado entre seis y nueve meses); programación anual limitada a tres exposiciones; no se publican catálogos; se usan las paredes para explicaciones didácticas; prioridad educativa y rezago investigativo; desaparición del curador; ausencia de autonomía programática; no se pagan seguros, por tanto no se incluyen obras de colecciones privadas; reciclaje de colecciones; selección de personal, mediatizada por la política; no se reciben exposiciones del exterior salvo aquellas que interesen políticamente.
Sobre este punto, por cierto es bueno señalar que sólo cuatro exposiciones se han dado: la de Zapata, no Pedro León sino la del mexicano, cuya curaduría estuvo en manos de Gladys Yunes; la del fotógrafo suizo Burri (por su reportaje gráfico del Ché Guevara como Ministro en Cuba), ambas en el MBA; la de un caricaturista argentino (por la relación con la pareja Kitchner) en el MUJABO, y la del arquitecto brasilero Niemeyer (por comunista y la relación con Lula) en el MACC. Algunas de estas exposiciones han resultado carísimas (Zapata, 100 mil dólares; Burri, 35 mil dólares) lo que ha significado para el MBA quedarse el resto del año sin presupuesto.
De manera que la última exposición digna la realizó la Galería de Arte Nacional, siendo la curadora Zuleiva Vivas, con su buen catálogo; pero, llegada a la Presidencia a la Fundación Nacional de Museos, proscribe las curadurías, los catálogos y las exposiciones individuales. Y en el caso del Museo Alejandro Otero hay más; aceptan la curaduría de un Miguel Miguel, o el Salón del Banco Caribe, curado por Freddy Carreño, o la curaduría interna de una investigadora Constanza de Rogatis, actualmente fuera del país, con el título de "El hilo de Ariadna"; la exposición dura nueve meses y cuando está a punto de salir un catálogo se ordena el cierre del museo por problemas con el aire acondicionado. Lo otro es que algunos directores de museos han logrado colocar sus curadurías de artistas actuales en galerías, como Susana Benko o Catherine Chacón, o participar en Salones de convocatoria privada (Jóvenes con Fía) como Carmen Hernández, pero un artista como Omar Carreño no pudo contar con la curaduría de Perán Erminy en la exposición que realizara en La Estancia, de PDVSA. ¿Quién excluye a quién?
Si algo define a los museos, más que su personal especializado, son sus colecciones de donde se deriva su perfil, es decir, aquello que deben proyectar, qué hacer en cuanto a adquisiciones, investigaciones y publicaciones. Un museo puede contener, con el tiempo, diversidad de colecciones, porque el arte es diverso; pero así como hay museos de carácter universal, los hay de índole más nacional o local. Pueden especializarse en un artista o en una técnica, así como en una época. Los perfiles se han constituyendo gracias al coleccionismo, por lo mismo es factible que un museo se desprenda de un colección que ha terminado por resultar rara con el tiempo, y quedaría mejor en otro más acorde con ella. De allí los préstamos en custodia o simplemente las trasferencias, cuando no las ventas en los casos de museos privados. Aún así, siempre es un asunto delicado que debe ser tratado con tacto y conocimiento.
En nuestros museos de arte, la mayoría de los hasta ahora constituidos, el perfil ha sido respetado en términos generales, pero lesionándose eventualmente la calidad de lo exhibido, no tanto por las deterioradas condiciones de mantenimiento de las colecciones, sino porque se han dado casos escandalosos de exposiciones colectivas en las que no privaron criterios de selección que tomaran en cuenta la calidad, sino la cantidad. Concretamente en la II Mega Exposición del Arte Venezolano, con cuatro mil obras de todo el país, cuando los respectivos jurados de los museos habían seleccionado sólo mil; y los tres Certámenes de las Artes, que envilecieron con su vulgaridad, chapucería, improvisación y escaso valor artístico al Museo de Arte Contemporáneo, al Museo de Bellas Artes y a la Galería de Arte Nacional sucesivamente. En todos estos casos ha estado la mano de ministro Francisco Sesto demasiado visible como para buscar una excusa. Al parecer disfruta cuando levanta opiniones en contra de parte de un grueso sector cultural, no alineado con el régimen y añorante de la calidad y el rigor con que antes se resolvían estas cuestiones.
La consecuencia más evidente de todas estas políticas ha sido la desaparición del público de las salas de los museos. Si hay gente en ellos los fines de semana es por algún evento gratuito de carácter musical o teatral, pero no para ver una que otra exposición de interés. Las mismas exposiciones, cuando las hay, no son publicitadas y hasta hay museos que ni siquiera cuentan con Internet. El regreso del ministro Sesto al cargo en 2010 representó una nueva remoción del personal directivo, pero añadió una injusta acusación: responsabilizar a los trabajadores de lo que no ha sido sino una consecuencia de las políticas trazadas desde la Fundación de Museos Nacionales. La poetiza sor Juana Inés de la Cruz lo habría tildado de "hombre necio". Y para seguir con las insensateces y las contradicciones, reconoce que la Fundación ha ahogado a los museos, pero en vez de buscar una asesoría, decide por su cuenta como castigo quitarles definitivamente sus colecciones a fin de resguardarlas en una sola bodega, que no está en condiciones óptimas, por inconclusa, ni para su propio museo: la de la Galería de Arte Nacional.
El temor de quienes hemos trabajo en los museos y seguimos pendientes de su destino es que se ha llegado al punto del no retorno: hay que acabar con los museos, con este quebradero de cabeza. Por un lado, la burocracia de la Fundación -que hasta ahora ha entorpecido más que ayudado-, de setenta empleados se reduce a 15, con mayor poder concentrador; por otro, el MUJABO se convierte en un anexo de UNEARTES como museo-escuela. Los museos serían simples salas de exhibición ocasional, y para ello habrá en cada caso que trasladar las obras del depósito ajeno, centralizado (más de 25 mil obras se calcula) hasta el propio museo, con todos los riesgos que de ello se corran: desde daño a la simple pérdida, extravío o hurto. No imaginemos la posibilidad de una tragedia.
En una entrevista reciente al maestro Carlos Cruz-Diez, ante la pregunta de si convenía resguardar todo el patrimonio en un depósito, recordó que esa medida extrema sólo se ha tomado en Europa en tiempos de guerra. Pero es que en Venezuela estamos en guerra, sólo que si el Presidente se la ha declarado a la propiedad privada y en particular a las empresas productoras de alimentos, el Ministro de Cultura se la acaba de declarar al patrimonio artístico venezolano. Sin embargo, mi más firme esperanza es que los museos entren en estado cataléptico y que algún día, ¡ojalá! no muy lejano, vuelvan a la vida como Rafaela Baroni, mas lúcidos y no como zombis.

Ponencia: Museos en Venezuela. Apuntes para un balance del siglo XXI por María Elena Ramos.

Fuente: El Universal Caracas 16 de Junio 2010.

Ponencia: Museos en Venezuela. Apuntes para un balance del siglo XXI

Por: María Elena Ramos
Ex presidenta del Museo de Bellas Artes (1989-2001). Investigadora de arte. Comunicadora Social

Primera Parte.
De las crisis

Una línea de aproximación al tema de los museos durante estos 11 años nos obliga a marcar algunos hitos con las distintas crisis. Son crisis de momentos particulares, pero encadenadas en sus efectos.
1- "Yo estoy aquí para frenar a la jauría y evitar el reparto del botín", dijo más de una vez Alejandro Armas, el presidente del Conac con que en rigor se estrenó este gobierno y el único que ha dejado una memoria de respeto por instituciones y personas. (Luis Britto García había durado, antes, tan sólo un día en el cargo)
Así, comenzó la gestión cultural con el talante mediador de Armas, y con su deseo de conocer, de buena fe, cuál era el estado del legado que recibía.

2- "Hay que desmontar las fundaciones de Estado, hay que desmontar los principados", fue el repetido grito de guerra del sucesor, Manuel Espinoza, quien hizo su trabajo para quitar del camino a aquel revolucionario aún romántico que era Armas quien, a ojos vistas, no logró finalmente frenar a la jauría.
Quitado Armas del camino, había que ir eliminando los siguientes obstáculos.

3- ¿Príncipes o guardianes? En Enero 2001 la llamada "Revolución cultural" de Espinoza y Chávez -con el argumento de ir contra príncipes y oligarcas- apuntó directamente a derribar el obstáculo de quienes éramos, en realidad, "los guardianes de las puertas". En esa crisis salimos sin previo aviso y en un solo día 18 presidentes de instituciones. Apareció hacia el público como la primera gran agresión desde el gobierno hacia el medio cultural. Digo "apareció" pues las reales conspiraciones por el poder habían hecho mella desde tiempo antes, como cada institución sabía y sufría desde dentro.

4- Aquí los curadores tienen que bajar la cabeza, pero no se preocupen que yo también estoy bajando la cabeza ante el viceministro. Con esta autoinauguración, que dejó atónitos a los curadores del MBA, comenzó a dirigir las curadurías de ese museo una profesional del medio convocada al cargo por un viceministro que desde muy atrás detestaba el concepto mismo de curador y su relativa autonomía. Ese mismo día me comentaba, desolada, una curadora presente en la reunión: "Tantos años que trabajamos en la cultura con la cabeza bien alta y ahora el mandato, expreso además, es: bajar la cabeza".
La funcionaria de la cabeza baja, que llegaría más alto tiempo después, ampliaría, ya como presidente de la FMN, el círculo de sus rechazos a las curadurías de todos los museos. Círculo perfecto: si los ministros de turno detestaban a los curadores desde la intolerancia, ella los detestaba desde la incomprensión y la mediocridad.

5- El desdibujamiento de los perfiles. Arrancados primero los directivos, que he llamado los guardianes de las puertas, -y eran también guardianes de los perfiles-; reducida al mínimo la función del curador que cuida colecciones, no sorprendió que el complemento natural fuera el irrespeto al carácter propio y específico de cada museo. Los buenos museos tienden al perfil, dando forma coherente en la cual reconocerse, otorgando coherencia, armonía, definición, identidad. Y todo eso estorbaba demasiado en la nueva Venezuela.
El miedo a las diferencias, que ha mostrado este gobierno en tan diversos ámbitos, fue factor incidente en ese desdibujamiento de los perfiles de los museos.

6- Año 2003. Sale el viceministro Espinoza, entra el ministro Sesto.
Farruco Sesto profundizó el proceso de desmontaje de la institucionalidad cultural, y, así, la pérdida de autonomía y de perfil de cada museo. Politizó más radicalmente al medio, excluyó (o incluyó) a los creadores de las distintas artes en base a un appartheid político inconcebible en nuestra tradición democrática. La lista de Tascón, como peculiar "Quién es quién de la cultura", le resultó buen apoyo de mesa.
Venecia sí… Venecia no… La censura del arte.
Uno de los primeros actos públicos de Sesto fue censurar la obra de Pedro Morales, seleccionada previamente para representar a Venezuela en la Bienal de Venecia de 2003. Su veto fue, sin embargo, burlado por la tecnología globalizada, y la obra -virtual- de Morales fue movilizada en las redes de las mismas autoridades y del curador general de la Bienal, acompañada de las palabras del ministro, lo que agregaba un plus de notoriedad. Esta crisis dejó mal parada la capacidad de tolerancia del nuevo funcionario y la evidente debilidad de la curadora, directora además de uno de los museos principales y quien prefirió tomar partido por el ministro y no por un artista cuya obra había sido seleccionada, y estudiada por ella en texto que ya había sido publicado, por cierto, en el catálogo general de la bienal.

7- Separar los signos y los logos. En el año 2006, con la llegada del perro y la rana marcando su espacio, se eliminan los logos de las instituciones y, con ello, se anomizan las identidades gráficas que por décadas habían definido a los museos nacionales en la visión, el afecto y la memoria de los ciudadanos. Fue un golpe físico, material, pero sobre todo un nuevo golpe moral a las identidades museológicas.

8- La crisis del público. Si bien la ausencia del público de los museos nacionales ha sido progresiva en los 11 años, la primera gran estampida de sus visitantes habituales se dio desde la Revolución Cultural del 2001, acentuándose luego con el crecimiento del malestar. La comunidad, acostumbrada a recibir calidad, respeto y liberalidad hizo el vacío-como-castigo. Perdido este público, habría sido de esperar que un gobierno de vocación social hubiera sido capaz de crear nuevas audiencias, más amplias y populares. Pero la visible ineficacia para captar nuevos públicos se sumó a la triste eficacia para ahuyentar a los habituales.
¿No han sabido captar nuevos públicos? ¿o no les ha interesado hacerlo?
En cualquier caso, lo que quiero destacar aquí es que este tema de los públicos es un punto de inflexión peligroso, a tomar en cuenta dentro del círculo vicioso que el gobierno manipula (ausencia de público, traslado de las colecciones, vacío de los museos, mayor ausencia aún de público, cierre de los museos). No exageramos. Recordemos aquí que hace apenas un mes el ministro Sesto parecía dudar de que la existencia de los museos estuviera suficientemente justificada.

9- Año 2005. Liquidación de las fundaciones de Estado y creación de una Fundación de Museos centralizadora.
La liquidación de las fundaciones de Estado conllevó gravísimos retrocesos. El más visible: el de la autonomía gerencial y administrativa, retroceso inmenso del proceso modernizador, democrático, descentralizador que había mostrado logros notables.
Se abrió además la compuerta a otro retroceso, mucho más grave por largo y por medular: el de la autonomía especializada, de programación de exposiciones, adquisición de obras, profundización del perfil de cada institución, valores estos muy antiguos y que habían permitido un rigor creciente con las décadas, formación de especialistas de alto nivel, y credibilidad nacional e internacional. Aquel respeto profesional de antigua data había sido fortalecido desde 1990 a través de las fundaciones de Estado, con sus juntas de adquisición, los consejos directivos constituidos por personalidades de la cultura nacional, el fortalecimiento de las curadurías. En este sentido la eliminación de las fundaciones significa un retroceso de 50 años.
Ahora, en Mayo 2010, el mismo ministro que creó la Fundación de Museos Nacionales reconoce lo pésimo de su manejo, pero insiste en darle un poder mucho mayor: el control directo de las colecciones.

10-Una crisis anunciada que, por ahora, no ha llegado a estallar.
El Viceministro de Cultura José Manuel Rodríguez, también presidente del Instituto de Patrimonio Cultural, propuso en 2009 que las colecciones de arte africano, arte egipcio y cerámica china de Ciencias y Bellas Artes fueran devueltas a sus países de origen.
En declaraciones del momento sugerí a las autoridades que abrieran google, y la web del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, donde se enorgullecen de su amplísima colección egipcia, para la cual reciben conferencistas egiptólogos, y donde cuidan también su colección de arte griego, entre otras muchas, sin habérseles ocurrido la populista idea de devolver a los países de origen esas joyas de la cultura, que recibieron como legado y han sabido cuidar. Y me preguntaba: ¿por qué nuestro gobierno, tan lamentablemente afín al de Cuba, no sigue su ejemplo cuando se dan experiencias positivas como ésta?

11- Mayo 2010. La crisis de las colecciones. Estalla recientemente a la luz pública el tema de las colecciones que, sin embargo, no es nuevo. Amenazas de distintos tipos han movido sucesivamente los viceministros y ministros de turno, las que, de haberse concretado antes, ya habrían eliminado del todo los precarios perfiles que aún quedan. Intentos de traslados parciales entre un museo y otro, o de unificaciones arbitrarias de las colecciones, exigencias expresas de un viceministro de eliminar las dataciones de obras que venían de otro museo, han sido sólo algunas de las razones de inquietud frecuente que los profesionales de los museos comenzamos a sufrir casi desde el inicio de este gobierno.
El reciente anuncio de Sesto sobre las colecciones ha dado lugar a un documento público de rechazo, con más de 900 firmas. Con el título "Contra el despojo. Por el fortalecimiento de nuestros museos", representantes de todos los sectores de la cultura señalamos el peligro que corren los museos, entes patrimoniales esenciales para la nación.

Segunda parte
De cómo afectan a los museos los males generales de este gobierno

Nota: Esta parte de la ponencia no se leyó en el Foro.
Se entregará posteriormente, para la web de la Fundación Cabrujas.

Tercera Parte.
La procesión va por dentro

Si los museos han sido tan golpeados estos once años en todos sus terrenos, el de los empleados, técnicos y especialistas es uno de los más claros para nosotros, aunque no siempre de los más comentados y reconocidos públicamente.
Hoy quisiera decir que una crítica externa debe saber matizar: entre quienes están dentro del desastre, lo sufren y hacen su trabajo técnico con calidad; los que, más aún, actúan desde dentro para frenar aspectos del desastre; y, por otra parte, aquellos que han participado directa, dolorosa -y a veces hasta dolosamente- a generar el desastre. La comunidad cultural debe discernir frente a comportamientos muy distintos, que van desde la complicidad hasta la resistencia, desde la indolencia hasta el arriesgado compromiso con la verdad.
Alguna vez hice la imagen de los empleados de los museos de esta época como de quienes, con sus hijos y pertenencias más valiosas, esperaban en los refugios, durante los bombardeos… cuidándose y cuidándolos…
De los museólogos de carrera (que no "a la carrera") conocemos luchas que no trascendieron a la prensa durante estos años. Frenos internos que -con perfil bajo- muchos de ellos pusieron en sus momentos logrando evitar distintas arbitrariedades. Así, entre otros casos, se logró impedir traslados de colecciones de unos a otros museos, o se evitó el cierre del MAO en 2009, cuando los empleados unieron fuerzas con Consejos Comunales de la zona y con la Misión Cultura, en lo que llamaron todos juntos contra el cierre.
He querido traer aquí apenas unos pocos fragmentos de intercambios que he tenido con algunas voces internas, que me parece fundamental e impostergable escuchar y que incluye no sólo algo de lo que ellos han hecho por la defensa de sus instituciones sino también de lo que han sentido.
Asoma por ejemplo un factor crítico, de los de adentro hacia algunas posiciones sostenidas por los de afuera, interesantes para reflexionar.
Me escribe Milagros González, activa trabajadora del MBA en el área de Curadurías, hasta el año 2008, cuando se fue al exterior, desde donde mantiene en redes información actualizada sobre los museos en Venezuela. Por la naturaleza de sus comentarios y por su plena vigencia consideramos que la suya tiene aún mucho de "voz interna".
Dice: "Creo que sí es bueno comentar, en el Foro de la Fundación Cabrujas, la resistencia que han hecho los trabajadores. Creo prudente, además, dar a entender que el desmantelamiento de los museos es responsabilidad de todos. Que es muy fácil decir que es culpa de los trabajadores lo que allí ocurre. Hay que dar a entender que nos dejaron solos con eso y que, además, nos criticaban sin separar la paja del arroz. Ahora, muchos empleados están exhaustos, y muchos tiraron la toalla y se fueron (como, siendo honesta, hice yo).
Hay cosas que la oposición desconoce. Un ejemplo: me tocó ser jurado del bodrio aquel del Certamen Mayor. Fue para mi una experiencia... diría interesante, que no quiero volver a vivir. En cierto momento habíamos llegado al acuerdo de que, entre tanta cosa mala (nadie decía eso, por supuesto), había un trabajo honesto, que era de un estudiante del IUESAPAR, para una de las menciones. Resulta que en el fondo de la obra, entre la bruma, se veía algo que 'parecía' ser la torre Eiffel. Entonces uno de los jurados, un director de museo, dijo que premiar eso era alabar las hegemonías, los símbolos imperialistas y qué se yo. Dentro de mí algo se rebeló y me dije 'esta idiotez no la voy a permitir', y comencé a hablar de manera automática, y casi sin pensarlo le dije: 'No, fíjate que la imagen está entre la bruma, es difusa, una verdadera negación de ese símbolo, yo diría que el artista subraya la visión negativa de esos valores...' y un rato más de verdadero gamelote hipnótico salió de mi. No sé como, pero el artista conservó la mención. Ese día, aunque logré mi objetivo, me sentí más mal que nunca: para lograr lo justo, había que hacer malabares y decir las cosas de lado, no de frente. Es así como muchos trabajadores logran hacer las cosas medianamente bien, aunque con las uñas y haciendo lo imposible para que los superiores los dejen hacer lo correcto.
Las colecciones han sobrevivido todo este tiempo gracias a la pericia de los trabajadores: al manejo selectivo, acucioso y dedicado de quienes conocen esas obras como la palma de su mano.
Se luchó mucho porque al mencionar las colecciones SIEMPRE se dijera "Colección FMN/custodia GAN, o MBA", etc. Los trabajadores, cada vez que había que escribir algo reforzábamos que éramos custodios, guardianes de la colección a nuestro cargo. Sabíamos que estaba el proyecto de reunir físicamente las colecciones. Sabíamos también que los perfiles se diluían. Pero como los trabajadores han luchado por seguir siendo "custodios" y responsables de las colecciones... el Ministro necesita doblegarlos de alguna manera. Por ello busca ahora realizarlo física, materialmente. Ya eliminó lo que él llamaba los "feudos", ahora quiere matar lo que queda y dejar el cascarón vacío. Es decir, reducir el espíritu de pertenencia a nada, acabar con la mística, que es lo único que mantiene en pie a las instituciones. Y la mística la genera el patrimonio que se cuida, que además recuerda lo que en algún momento fue la institución y lo que puede volver a ser. El patrimonio es el nutriente, la razón para vivir. De hecho, muchos de nosotros decíamos (y sé que aún se dice), que había que soportar todo para cuidar las obras". Hasta aquí la cita de Milagros González.
Otro tema que vale la pena mencionar es el del aislamiento al que se ha sometido, a través del miedo por la intolerancia de las autoridades, a los especialistas de los museos. Me dice por ejemplo un empleado, que se mantiene anónimo, que como puso al descubierto que la FMN hackeó su correo, tiene la sensación de que hace tiempo gente amiga dejó de escribirle por temor a ser hackeados. Si el hackeo es verdadero o no nosotros no lo sabemos, lo que sí es verdadero es el aislamiento y el miedo.
Todos recordamos, por otra parte, que con frecuencia los periodistas de cultura reproducen en sus páginas testimonios de personal interno que se reserva su nombre, por temor a represalias. Esto no sólo redunda sobre la conocida intolerancia del gobierno sino también muestra el deseo de participar, a pesar del riesgo, que tienen los de adentro, alertando, desde su información actualizada, sobre peligros reales que corren los museos en determinado momento.

Junio 2010. La situación actual
La intuición general es que un eventual traslado de las obras podría conllevar otra crisis más definitiva: el aniquilamiento de los museos, como quitarle su alma al cuerpo, acelerando su defunción.
Hay dos próximos escenarios posibles: por una parte la radicalización de Farruco y su gobierno cultural (bien sea ahora o dentro de pocos meses), y que podría llevar a la destrucción definitiva de los museos; o, por el contrario, un movimiento fuerte hacia alguna recuperación. Un movimiento que, si bien cuenta con el apoyo del medio cultural amplio y con voces de la comunidad cultural internacional, tiene que sumar la participación profesional de los expertos que hacen vida dentro de los museos y los conocen "como la palma de su mano".
En los últimos días hemos sabido que el documento terminó estimulando varias situaciones:
-El ministro solicitó a los conservadores un informe técnico sobre las condiciones del depósito de la GAN.
-Se le entregó ese informe, que desaconseja realizar el traslado.
-Sesto ha visitado los depósitos de algunos de los museos.
-Parecería haberse detenido, por ahora, el traslado de las colecciones.
-El personal de los museos se está sintiendo, en lo general, apoyado por el documento firmado, como renovado aliento en la defensa de estas instituciones.
En un régimen como éste es mucho lo que se retrocede y lo que se des-aprende. Se des-aprende democracia, se des-aprende modernidad.
Pero puede re-aprenderse a valorar una democracia herida, y puede aprenderse sobre todo de la madurez del luchar. En cualquier caso, es un tipo de lucha que vale la pena siempre, a no dudar.
Pues aunque parezcan detenerse (sólo por ahora) las decisiones, no hay que bajar la guardia, hay que mantener vivas algunas interrogantes:
-¿se corresponde con las verdaderas intenciones de este gobierno este comentario que me hace anónimamente un empleado?: "esta idea de fusionar las colecciones es el primer paso en mente para ir gradualmente cerrando, primeramente, los museos que consideran 'no rentables'". ¿Y, después, los demás?
-¿cuál es el propósito real de las autoridades, cuál es el verdadero para qué de un eventual traslado de las colecciones a un solo lugar?
La Fundación Cultural José Ignacio Cabrujas, con la presentación de una serie de foros como éste, está llevando un inventario para la escritura de eso que ellos han llamado El libro negro de la cultura, un estudio crítico sobre estos 11 años.
Será así muy valioso el aporte que cada una de las ponencias de los distintos foros pueda dar a un libro que no dudamos resultará imprescindible para la memoria de las próximas generaciones.
Pero aún más afortunado sería que, de cada evento y cada grupo de ponencias, como las de esta noche sobre nuestros museos, puedan ir surgiendo posibilidades concretas y creativas, de lucha y resistencia para el ahora, para este mientras-tanto oscuro que los trabajadores culturales, los museos y las instituciones de la cultura toda están padeciendo en la Venezuela de este nuevo siglo.

Niegan acceso a los museos a nueve trabajadores

Niegan acceso a los museos a nueve trabajadores
Los empleados tienen una "calificación de falta" en la Inspectoría

DUBRASKA FALCÓN |  EL UNIVERSAL
jueves 27 de enero de 2011  12:00 AM
Ayer nueve trabajadores de la Fundación Museos Nacionales no pudieron acceder a su sitio de trabajo, en el Museo de Arte Contemporáneo. El jefe de seguridad, Johnny Rodríguez, según afirman los empleados, les prohibió la entrada a la institución por órdenes de la directora Mercedes Longobardi, afirmando que mediante la Inspectoría de Trabajos ellos tenían una orden de "separación del cargo con goce a sueldo".

Jorge Moreno, representante del Sindicato de Trabajadores de los Museos (Sintramuseos), afirmó que la medida de "calificación de falta" fue solicitada por la Fundación luego de la protestas que realizaron el pasado 7 de septiembre frente a Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (Iartes).

"Esta es una estrategia de la presidenta de la Fundación Museos Nacionales, que está enfrentado a los trabajadores. Así nos mantienen ocupados para realizar la reestructuración de los museos. Nos están violentando todos nuestros derechos. Incluso, el derecho al libre trabajo sindical. Lo que buscan es criminalizar las protestas", asegura Jorge Moreno.

Según el comunicado enviado por Rosanna Ianniello el día de ayer, la prohibición de entrada a los nueve trabajadores está "sustentado en razones de interés social y de protección de las condiciones de vida de nuestros trabajadores y de nuestras instalaciones museísticas".

Aunque en dicho comunicado tan solo aparecen los nombre de nueve empleados, Sintramuseos asegura que son 26 las personas que están incluidas en la medida cautelar. "Están calificando personas que no estaban en la protesta", dice. 

miércoles, 26 de enero de 2011

Crímenes de Lesa Cultura. Sobre la descapitalización de los recursos humanos en el área cultural.

Fuente: Graciela Pantin Disponible en: http://aluzar.blogspot.com/2011/01/crimenes-de-lesa-cultura.html



martes 25 de enero de 2011

CRIMENES DE LESA CULTURA





Entre la larga lista de daños contra la patria que el régimen de Chávez y su equipo de gobierno, ha cometido, están los realizados en el sector de la cultura.

En 12 años han derribado el sistema institucional y de servicios culturales, arremetido contra el patrimonio artístico, politizado a las escuelas de arte y minimizado el apoyo a los artistas.

Pero entre todos estos daños hay uno sobre el cual poco se comenta en los medios y cuyo efecto tomará generaciones en ser superado: la descapitalización de nuestros recursos humanos en el área de las profesiones vinculadas con las artes.

Hemos perdido y estamos perdiendo talentos. No solo por la cantidad de especialistas y creadores que han tenido que emigrar, sino por la castración laboral que se le ha impuesto a cohortes de profesionales en la gestión cultural quienes permanecen en Venezuela, manteniendo su vocación y compromiso para lograr construir el desarrollo cultural que aspiramos.

A ellos se les han bloqueado oportunidades de trabajo en instituciones, públicas y privadas, principalmente por razones doctrinarias.

Existe otro grupo, son los funcionarios del sector gobierno, que igualmente están siendo ahogados no solo entre pésimas condiciones laborales, sino porque se les ha interrumpido su crecimiento profesional, cerrándoles oportunidades para su capacitación y trabajo creativo.

Estos trabajadores de la cultura son fustigados por el dogmatismo político, por el vaivén de la falta de planificación y carencia de recursos financieros, todos sometidos a la irremediable obediencia a la voluntad del Ministro. Entre ellos, hay quienes pueden renunciar y abandonan, pero hay otros que han de mantenerse en las nóminas por el sustento de su familia.

Ambos grupos ven frustradas sus aspiraciones para realizar un trabajo profesionalmente exitoso, que les permita crecer como personas y como trabajadores de un sector vital del sistema social.

Estamos perdiendo a generaciones que se prepararon con la ilusión de ver florecer su vocación y compromiso profesional con las artes, quienes desde la universidad pretendieron dar su aporte al mundo del teatro, los museos, las orquestas, las editoriales, librerías, colecciones, el cine, la fotografía.

Venezuela esta haciendo agua por todas partes, pero esta crisis en los espacios de la cultura y expresiones artísticas, se está llevando nuestra ‘ánima’.